Un tribunal federal estadounidense dio el miércoles nueve días al gobernador de Texas, Greg Abbott, para retirar la barrera de boyas que instaló en julio en el río Grande con la intención de impedir el paso de migrantes desde México.
El tribunal, con sede en Austin, capital de este estado sureño, coincidió con los argumentos del Gobierno del presidente Joe Biden, que exigía la suspensión de la instalación de esta barrera.
El republicano Abbott anunció inmediatamente que apelará esta decisión. El río Bravo, también llamado río Grande, es la frontera natural con México.
Las boyas instaladas están diseñadas para girar si alguien trata de sujetarse a ellas y a cada lado tienen unos discos metálicos dentados. La línea de boyas naranja de unos 300 metros (995 pies) está tendida en el sector de Eagle Pass, que limita con Piedras Negras, en México.
Es uno de los tramos utilizados por los migrantes para entrar a Estados Unidos.
El tribunal federal prohibió a las autoridades estatales y a cualquier entidad que trabaje a su servicio «construir o agregar cualquier boya, barrera o estructura de cualquier tipo en el río Grande», en espera de una decisión de un tribunal superior sobre el fondo de la cuestión. También ordena «reubicar antes del 15 de septiembre» todos los elementos ya existentes que componen esta barrera flotante «en la orilla del río Grande del lado de Texas».
«Nos mantendremos atentos a la resolución final y reiteramos la urgencia de retirar de manera definitiva las boyas en nuestra frontera compartida», reaccionó el ministerio de Relaciones Exteriores de México en la plataforma.