Por años, el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) estuvo amarrado a los intereses de unos pocos, ofreciendo respaldo a selectos proyectos, escogidos entre los favoritos del régimen de turno. Sin embargo, el gobierno del presidente Nayib Bukele le ha dado un nuevo giro a la institución. Bajo el liderazgo de Juan Pablo Durán, un experto en banca, cooperativas y desarrollo, Bandesal anunció ayer la apertura de 11 líneas de crédito para impulsar empresas de todos los sectores económicos del país, además de cuatro líneas especiales y 18 líneas de garantías financieras para las empresas.
Este esfuerzo es parte del proyecto de reactivación económica del gobierno, destinado a enfrentar los efectos nocivos provocados por la pandemia. Sin medidas concretas en el músculo económico del país, como nación no podremos salir adelante. Ya suficiente daño hizo el coronavirus, además del bloqueo de los partidos de oposición a los planes de reactivación que presentó el gobierno.
El nuevo enfoque de Bandesal prioriza las micro, pequeñas y medianas empresas, que son, como en cualquier otro país, el motor de la economía; son la verdadera empresa privada, la que da empleos y mueve el comercio. Se requiere de un decidido apoyo a los emprendimientos para que el país se encarrile en la ruta del desarrollo. Durán dijo ayer, durante el lanzamiento de las nuevas líneas de crédito, que Bandesal le dará más importancia a lo que en el mundo se conoce como «economía naranja», es decir, industrias culturales y artísticas.
La estrategia de los gobiernos pasados de proteger a sus grupos de financistas y usar al Estado y sus instituciones como ampliación de la plataforma económica de las grandes empresas privó a la sociedad de recursos para el desarrollo, y los concentró en pocas manos, haciendo más ricos a unos pocos.
Bandesal también pone a disposición la oferta técnica del Centro de Entrenamiento y Desarrollo Empresarial (CEDE) para que emprendedores y empresarios se actualicen con las más modernas estrategias económicas, financieras y administrativas.
El CEDE divide en tres niveles su malla curricular (básico, intermedio y avanzado), con el objetivo de mejorar las habilidades de los participantes.
Esto es un paso importante para el desarrollo de la empresa nacional: tener los recursos necesarios, pero también las herramientas técnicas. Solo con una empresa privada saludable el país podrá sacar adelante su economía.