Apartamentos, casas, vehículos y miles de dólares de Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias «el Repollo», quien está condenado por narcotráfico, podrían pasar al Estado, esto es lo que solicita Unidad de Extinción de Dominio de la Fiscalía General de la República.
La ambición de Ulloa, de querer pasar de ser un vendedor de repollos y frutas en el mercado La Tiendona, en San Salvador, a un narcotraficante multimillonario, lo llevó a la cárcel durante el 2014 tras ser condenado a 77 años, aunque en marzo del 2016 la Cámara Primera de lo Penal le redujo la pena a 32 años.
Actualmente, el Ministerio Público ha solicitado a un juez que 49 inmuebles de Ulloa, ubicados en diferentes departamentos del país, entre estos, San Salvador, Sonsonate y La Libertad; 39 vehículos y $19,409 sean decomisados.
La condena de «el Repollo», ha sido una de las más emblemáticas en El Salvador en los últimos seis años. Fue capturado el 17 de marzo de 2013 en Guatemala, y en el 2014, el Tribunal Primero de Sentencia lo condenó por tráfico de drogas, actos preparatorios, conspiración y asociaciones ilícitas.
Ulloa junto a otras 13 personas conformaron la red internacional que traficó 10 toneladas valoradas en $275 millones, según informaron las autoridades. La estructura operó en Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y El Salvador.
El Juzgado de Extinción de Dominio realizaría la audiencia preparatoria (donde se exponen pruebas de haber obtenido bienes con dinero ilegal) sobre las propiedades del «Repollo» el pasado 22 de septiembre, sin embargo, esta fue suspendida y reprogramada para el 11 de enero de 2021.
BIENES YA DECOMISADOS
El decomiso de bienes más reciente fue en febrero de 2019 en Guatemala. Un juzgado de Guatemala resolvió que cinco inmuebles, entre ellos, un apartamento y cuatro casas, y vehículos lujosos, pasaran al Estado guatemalteco. Las propiedades están valoradas en un millón de dólares y los carros aproximadamente en $260,000.
Ulloa Sibrián, desde el principio se cuidó de no poner a su nombre propiedades y abrir cuentas bancarias, para lo cual dispuso de siete personas como testaferros y logísticos, de acuerdo a lo establecido en las investigaciones fiscales.
Los integrantes de la organización eran Julio César Bonilla Cabrera, considerado el segundo al mando de la estructura; Antonio Portillo Ramos, Jorge Alberto Morán, María Ángela López Nolasco, Wendy Geraldina Mikely de González y Santos Inocente Hernández Reyes.
Además, Carmen Guillermina Hernández, José Gilberto Hernández, Eliseo Dalleansandro López, Guillermo Arnoldo Paz Serrano, José María Hernández Campos, German Alexander Acevedo Iraheta y el agente de la Policía Rubilio Viana Osorio.
El lugar de logística
Una finca en Santa Rita, ubicada en la carretera al municipio de Comasagua, departamento de La Libertad, era el lugar donde Ulloa y sus cómplices planificaron una serie de operaciones delictivas, según pudo comprobarlo la Fiscalía.
Sin embargo, Ulloa Sibrián, al momento de su detención, dijo que su propiedad y todo lo que tenía era producto de su trabajo en Estados Unidos, pues vivió cinco años en Nueva York.
«Que investiguen todo esto tiene que llegar a su término, yo he sido un comerciante y viví cinco años en Estados Unidos, yo he estado viniendo aquí porque estamos componiendo (arreglando) la finca», aseguró el narco.
Ulloa manifestó que dicha finca la compró en $50,000 y que con el paso del tiempo es que la fue remodelando. «Ahora la finca se ve que vale otro dinero por todo lo que se le hizo, pero costó como les digo $50,000 hace ocho años, pero $50,000 no es dinero bastante, yo tuve varios inmuebles en la Roosevelt y la Calle Arce, pero yo los vendía y compraba, en el registro está eso», subrayó.
Funciones en la estructura
La estructura tenía una serie de funciones, unos se encargaban de mover dinero, hacer las caletas (compartimentos ocultos) en los vehículos, los que transportaban la droga y también evidenció otro grupo que se encargaba exclusivamente al sicariato.
Por ejemplo, cinco personas de la organización tenían como función comprar la droga una vez disponían del dinero, entre ellos estaban José Hernández, María López, el agente policial Viana Osorio y Miguel Quiñones. También, otro grupo conformado por cinco personas se encargaba exclusivamente de mover el dinero para la compra de la droga.
Las investigaciones detallaron que la red internacional liderada por Ulloa Sibrián se estrenó con el traslado de dos cargamentos de cocaína en 2005, uno por 1,200 kg de cocaína y otro de 220 kg, valorados en cuatro millones de dólares.
En este trasiego participaron no menos de 16 personas. El primer cargamento de droga fue transportado desde el rancho San Diego a Guatemala y luego hacia la frontera de México donde la recibió un cártel local.
LEA: Dinero adherido al cuerpo: la forma de «el Repollo» para traficar cocaína
Desde la finca Santa Rita se planeó el traslado de $2 millones en efectivo hacia Costa Rica. En este movimiento participaron seis personas; Sandra N. y Jorge N. trasladó medio millón adherido en su cuerpo a bordo de un pick up; en otro vehículo «caleteado», un Toyota 22R, Edildo Alfredo Martínez, alias «El Burro» y su esposa N. I. transportaron otro medio millón; y en un pick up fue trasladado el otro millón de dólares hacia Costa Rica, por Franklin Ernesto Moza y Santos Reyes Saravia, cuñada de Ulloa Sibrián.
¿Quién era el repollo?
A Jorge Ulloa Sibrián lo catalogan como un tipo ambicioso y con capacidad para los negocios, así lo describieron amigos y familiares que declararon en su contra.
Los testigos dijeron que desde que era adolescente, en 1972, cuando residía en San Marcos, se reunía con sus amigos a fumar marihuana.
Ulloa comenzó a transportar droga desde Panamá en camiones de carga. En 2007, la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) comenzó a perfilar al «el Repollo» como jefe de una organización internacional que traficaba cocaína.