El 1.º de junio de 2019, el ambiente presentaba posibilidades de lluvia, pero el sol se hacía sentir. Muchas personas llegaron desde la noche anterior y muchas llegaron en las horas del alba. Las ventas, una característica de la salvadoreñidad emprendedora, gente que se rebusca. La plaza central ya luce abarrotada, hay personas en las ramas de los árboles. Hay un mar de pueblo que se ha convocado a esta nueva página de la historia de toma de posesión, que tiene un carácter de puertas abiertas. Se determina el «quorum» con 83 legisladores presentes y se menciona el nombre del diputado del partido de gobierno ausente, momento en que se escucha un eco general del soberano: ¡¡¡Nayib!!!
El regocijo popular se expresa con la presencia del cuerpo diplomático, organismos internacionales e invitados especiales. El presidente Nayib y su señora esposa, Gabriela Rodríguez de Bukele, se colocan al centro y saludan, mientras permanecen tomados de las manos.
Invocación espiritual por monseñor José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador: «Oh, Dios, padre de todos, mira misericordiosamente y bendice a este pueblo que con tanta esperanza se ha congregado en esta plaza, en el centro de la ciudad, para investir a uno de sus hijos como presidente de la república. Este es tu pueblo, Señor, que dichosamente lleva tu nombre, El Salvador», concluyó. Un espíritu de gracia reinó la plaza y la atmósfera se llenó de una sensación espiritual. Luego del himno nacional, se escucha al presidente: «Hace días el suelo tembló y a las dos horas este pueblo ya está trabajando. Ustedes son la razón de esa promesa, lograron lo que parecía que era imposible —es interrumpido—, pero sí se pudo. Este día inicia la nueva historia que vamos a escribir juntos… Así como una familia que tienen a su hijo enfermo hará lo imposible, pero no será fácil, van a sufrir con él, pero no importa, porque todo es para sacar adelante a su hijo. El Salvador saldrá adelante y podremos ver una luz en el futuro». Un pastor evangélico ofreció un mensaje alentador.
¿Cómo está el país después de dos años del presente Gobierno?
El 1.º de junio de 2019, el promedio de asesinados cada día era de entre 10 y 12 personas; ahora es de 3.4. Comunidades en las que la población estuvo sometida por grupos delincuenciales fueron retomando el control y ahora se construyen centros urbanos de bienestar y oportunidades (CUBO) para la reconstrucción del tejido social.
En la salud pública, se ha abordado la pandemia de la COVID-19, un reto transformado en oportunidad. Se reforzó el sistema hospitalario, dejando atrás instalaciones tristes, desabastecidas de medicamentos y con equipos médicos obsoletos. Casi se llega a los 2 millones de salvadoreños vacunados.
El presupuesto en salud pública para este año fue incrementado en un 36 % con respecto al del año pasado, y pasó de $757.85 millones a $1,034.3 millones. Con el presupuesto de la salud se llega al
6.8 % del producto interno bruto (PIB), niveles de inversión similares a los de países más desarrollados.
En educación, el Gobierno tiene como prioridad reducir la brecha tecnológica para que exista un mejor desarrollo académico de los estudiantes. Es así que este año los alumnos desde primer grado hasta bachillerato (1.2 millones) tendrán un dispositivo electrónico (tableta o computadora) con internet gratis. El comisionado de Modernización, Vladimir Hándal, ha trabajado arduamente.
Luego, el retiro del pabellón nacional. Queda en el eco el capítulo XLII, los consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza antes de que fuese a gobernar la ínsula. Así sea.