El marcado desgaste del modelo de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha quedado en evidencia ante el mundo luego de que líderes de diferentes países lo expusieron esta semana en ocasión de la IX Cumbre de las Américas. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, comentó que la OEA «ya no tiene razón de ser» por haber sido instrumentalizada por Estados Unidos. «Queda claro que el ministerio de colonias de Washington, también conocido como la OEA, ya no tiene ninguna razón de ser», escribió el mandatario en Twitter. A su visión se unen México y Argentina.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, pidió «reconstruir instituciones que fueron pensadas» para la integración.
«La OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada, removiendo de inmediato a quienes la conducen», dijo el presidente Fernández desde un podio y delante del presidente Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris, quienes lideraban la mesa de conducción, sumándose a las críticas hechas contra el secretario general de ese organismo, Luis Almagro. En la misma sintonía, el canciller de México, Marcelo Ebrard, criticó a Almagro y abogó por «refundar el orden interamericano».
Almagro acudió a un foro junto con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en el que un manifestante le gritó «títere de Estados Unidos». El joven fue retirado del foro por agentes del servicio secreto y Almagro terminó su intervención, pero se mantuvo visiblemente nervioso hasta el final.