«Serfor interviene cargamento con tortugas vivas en el aeropuerto Jorge Chávez que iban a ser exportadas a Indonesia», indicó en comunicado el organismo del ministerio del Ambiente.
«En el Perú no se cuenta con ninguna modalidad de manejo con fines comerciales» para tortugas, agregó.
En el cargamento figuran crías de tortugas de la especie charapa (Podocnemis expansa) y la taricaya (Podocnemis unifilis), que fueron encontradas en pequeños envases de plástico transparentes dentro de cajas de cartón.
La tortuga charapa es una especie listada en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y se encuentra catalogada como «en peligro» de extinción, de acuerdo a la legislación nacional.
Las taricayas figuran como especie vulnerable. Es la segunda tortuga de agua dulce más grande en la Amazonía. La longitud de su caparazón puede alcanzar los 51 cm.
Los pequeños animales fueron llevados a un centro de crianza de Serfor.
El tráfico ilegal de vida silvestre mueve alrededor de 20.000 millones de dólares en el mundo y es considerado uno de los cuatro delitos más lucrativos, de acuerdo a la Interpol.
Este comercio ilegal es una de las principales causas de la pérdida de la biodiversidad.