Eran las vísperas de Semana Santa, en Santa Ana se preparaban las dramatizaciones del martirio de Jesús. Concepción Renderos pensó en su nieto para personificar algunos apóstoles, quizás a Pablo o Pedro. El pequeño aceptaba cada año, incluso, lo esperaba y le gustaba, porque al final aquel ritual era muy parecido al teatro.
La abuela conectó directo el destino del entonces infante Omar Renderos con el que años después sería un actor, director y productor con 30 años de trayectoria, y una decisión inequívoca para volver del teatro un estilo de vida, una convicción.
Aquella memoria será recurrente y un punto de partida casi igual de importante que el día de su nacimiento al narrar su historia. La abuela Concepción ha estado presente y pulsando desde ese momento, como el detonante de una vida construida por y para el teatro.
Omar recuerda cómo aquella inquietud por el teatro llegaba sin cesar y cada vez con más intensidad: «Yo pasaba por el parque Libertad, de Santa Ana, veía el teatro y decía “algún día voy a actuar allí”, y me le quedaba viendo».
Los años no dieron tregua y el tiempo de estudiar bachillerato llegó. Omar pensó en sacar teatro en el Centro Nacional de Artes (CENAR), pero su papá lo dirigió hacia otro rumbo, porque aquello era «para morirse de hambre». El joven tendría que esperar un tiempo más, estudiar Comercio y Administración en el colegio Bautista de Santa Ana.
Pero lo suyo llegaría, ya estaba escrito. En 1993, Omar llegó a San Salvador para estudiar en la Universidad Tecnológica Relaciones Públicas y Comunicaciones, cuando vio un rótulo que decía «Taller intensivo de teatro. Duración: un año», se sintió flechado. Se inscribió tan rápido como pudo. Su primer maestro fue Ciro Rivera.
Desde entonces han pasado 30 años que resumidos dan para un libro que acompañe la historia del teatro en El Salvador.
A partir del taller ingresó a la compañía Comunica Teatro y permaneció allí por más de 10 años en los que participó en más de 30 obras. Allí también le dio vida a su primer personaje: La Celestina, obra homónima de la que hizo más de 1,000 presentaciones.
«La Celestina fue mi primer personaje estrella en la práctica en el oficio, en las tablas. Me consolidó y me ayudó a decirme rotundamente “me quedo en el teatro”», recuerda.
Tras esta década, dos momentos importantes marcaron el 2003 para el actor: la invitación de Fernando Umaña para actuar en «San Mago Patrón del Estadio» y una beca para ser parte del proyecto Carromato, en Honduras, junto a la maestra Charo Francés.
Los dos eventos marcarían el sendero artístico de Omar, decir que fueron una puerta es poco.
Fotos: Cortesía René Figueroa.
«Recibí la beca para estudiar actuación con Charo Francés, de Mala Hierba, fue un mes intenso de estudiar técnica actoral y, en simultáneo, Fernando me invitó a formar parte de Teatro Estudio de San Salvador (TESS)», detalla.
La época fue intensa para el actor entre estudiar, actuar y trabajar. Sin embargo, es enfático al reconocer que, aunque hubo momentos mejores, una vez así lo decidió: el teatro ha sido su sostén económico hasta la fecha.
Entonces llegaron obras y personajes como: «El médico a palos» con Geronte y Don Roberto; «Tebas», con Creonte; «El agua nuestra de cada día», con Toribio, entre otras. En el TESS permaneció cinco años.
La memoria de Omar es prueba de que el teatro ha sido su vida, no necesita apuntes y menos una línea de tiempo, todo lo atesora como si fuera ayer y al dedillo. Así recuerda que en 2005 surgió por primera vez el Encuentro Centroamericano de Teatro, celebrado en Guatemala, donde es parte del comité ejecutivo en representación de El Salvador.
La evolución, la búsqueda constante y el movimiento han sido constantes en el espíritu de Omar, por eso en 2009 en consecuencia decide hablar con su maestra Charo y Arístides Vargas a quienes les propone llevar a las tablas la obra «Tres viejos mares». La puesta en escena se volvió centroamericana y contó con la actuación de él junto a Patricia Orantes y Edgar Valeriano.
«En 2009 también nace Escena Norte junto con Blanca Rubio, porque yo tenía que formar una productora en El Salvador para montar “Tres viejos mares”. Luego la llevamos a más de 14 países hasta 2012. El último festival en el que se presentó fue en Miami», relata.
Con Escena Norte dio un salto más y hasta el momento ha podido explorar otras áreas como ser director escénico y productor. En los siguientes años también se adentró en la dirección escénica en la Ópera de El Salvador (OPES), donde reunió otros conocimientos.
Cristal se apodera del escenario
Fotos: Cortesía René Figueroa.
Aunque Cristal nació en «San Mago patrón del estadio», un personaje pensado por y para Omar, no fue hasta 2015 que se apoderó de los escenarios y camina en paralelo con él.
Ese año el personaje resurge en «El bolero de Cristal» que ganó el premio Ovación que consiste en su financiamiento para la producción y su puesta en escena en el Teatro Luis Poma. La obra se presentó en 2017 por primera vez y contó con la dirección del cubano Raúl Martínez Ríos, la dramaturgia del salvadoreño Roberto Laínez y la actuación de Omar.
La llegada de Cristal, una matrona de un bar, rompió el esquema del actor y sentó las bases para el teatro cabaret, un género que explora y domina de manera magistral, pero también que le permite ser y expresarse como artista en plenitud y al que no piensa renunciar por nada del mundo.
En los siguientes años, la producción de Escena Norte no se ha detenido y ha consolidado su espacio en las artes escénicas en la sala alternativa La Galera Teatro & Cocina con obras como «El loco» (2020), «Dos Viejos Pánicos» (2021) y «Después, otra vez la noche» (2022). Esta última con la actuación de Omar y René Lovo, y la dirección de Diego Fernando Montoya.
En tres décadas los retos no han disminuido ni por asomo la convicción de Omar en una vida consagrada al teatro. Al contrario, aquello se ha vuelto un credo y una dialéctica por el que pasa su cosmovisión. Con 50 años de vida y un momento personal de introspección, el artista tiene muchas sorpresas para dar y mucho teatro que compartir.
PROYECTOS EN CAMINO
- Participación en la película «El billar de los sueños robados».
- Lanzamiento de «Don Torogoz», del proyecto ¡A contar cuentos!
- Actor invitado de Acento Escénica en la obra «Edipo Rey», con el personaje de Creonte, bajo la dirección de Enrique Valencia, Teatro Luis Poma.
- Participación en la temporada universitaria de teatro en julio de este año con la obra «Después, otra vez, la noche».
- Gira a México 2023 en septiembre, en Ciudad de México y Guadalajara, con la obra «Después, otra vez, la noche».
- Presentación de «Los niños perdidos», en la Galera Teatro & Cocina, del 19 al 28 de mayo, viernes, sábado y domingo. Venta e información al 7695-3727.