Desde el arranque del torneo Apertura 2020 en octubre pasado, el fútbol salvadoreño es de las pocas ligas contadas en el mundo que ha permitido cierta capacidad de aficionados en los estadios del redondo nacional.
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Aunque en la primera fecha hubo claras violaciones a las reglas básicas de distanciamiento social, a partir de la jornada dos, el público y los equipos cumplieron, guardando el distanciamiento físico en las gradas, no importando el clima, soleado o con lluvia, como ha ocurrido en los últimos encuentros.
«En El Salvador se respeta a rajatabla el distanciamiento social. El gobierno avisó que si no se cumplen las normas se detiene por completo el fútbol», destacó la cuenta de Twitter @enunabaldosa, especialista en informar sobre aspectos curiosos del fútbol argentino y mundial.
Y es que desde la advertencia del gobierno de parar el fútbol si volvían a ocurrir aglomeraciones en los estadios, los equipos han seguido al pie de la letra las indicaciones y además, transmitirlas a los aficionados que asisten a los estadios.
Aunque ya se suspendió un juego por incumplir las normas (segundo tiempo del Firpo-Águila), en los diferentes estadios se hace hincapié en cumplir con las reglas de distanciamiento social, además del uso obligatorio de la mascarilla.
Así, tanto en el «Calero» Súarez como en todos los estadios de la primera división, el equipo de deportes de «Diario El Salvador» ha constatado que los equipos que actúan como locales insisten a sus aficionados en cumplir al pie de la letra con las medidas de bioseguridad y evitar así la suspensión del encuentro y una posible sanción económica.
Juegos como el FAS-11 Deportivo del pasado fin de semana, se suspendió dos minutos para que el público cumpliera las indicaciones, también el Municipal Limeño-Águila, estuvo en la mira del comisario encargado del juego, advirtiendo en diversas ocasiones que se podría suspender el cotejo.