En las operaciones de mitad de la jornada, la cotización bajó a 150,08 yenes por dólar, un nivel no registrado desde octubre de 2022.
Los analistas afirman que la depreciación del yen pueden llevar a una intervención del Banco de Japón para apuntalar a la moneda local, ya que esta debilidad aumenta el costo de las importaciones de alimentos y energías y afecta a los hogares.
Con la venta de sus reservas de dólares, el Banco Central de Japón puede impulsar la cotización del yen, tal y como lo hizo en 2022, cuando la moneda japonesa bajó a 150 por dólar, que entonces marcó un nivel inédito desde 1990.
En esa ocasión, el emisor japonés gastó 43.000 millones de dólares para apoyar al yen, informó el Ministerio de Finanzas.
Japón sostiene una política monetaria ultra flexible con tasas cercanas a cero o incluso negativas en un intento de impulsar la economía y estimular la inflación.
Esta postura contrasta con la política que sostienen los bancos centrales de las grandes potencias que han subido las tasas para controlar el alza de los precios desatada por varios factores, uno de ellos la invasión rusa contra Ucrania.