Tres años después de haber votado masivamente por Nayib Bukele como presidente de la república, los salvadoreños mantienen su respaldo al gobernante, principalmente porque ha cumplido con las expectativas surgidas desde la campaña electoral.
Es un fenómeno interesante, porque los gobiernos tradicionales suelen sufrir desgaste y la imagen y popularidad de los líderes se ve menguada cuando sus ofrecimientos de campaña no se reflejan en las políticas públicas ni comienzan a hacerse realidad. El presidente Bukele, en cambio, logró cambiar esa situación e incluso sobrepasó las expectativas.
Ningún gobierno del mundo tenía presupuestado en sus planes la aparición de una pandemia que dejaría a poblaciones aisladas, a países incomunicados y que golpearía fuertemente la cadena de suministros y las formas de trabajo tradicionales. Sin embargo, bajo el liderazgo del presidente Bukele, El Salvador ha sido reconocido internacionalmente por ser un referente en la lucha contra la COVID-19.
Gracias a las medidas tomadas al respecto y otras de índole financiera, el país logró un crecimiento económico récord y reportó, por primera vez en la historia, un crecimiento de dos dígitos, y con ello creó las condiciones para que este año el crecimiento se mantenga alto.
Han sido sus logros en seguridad, sin embargo, los que más han ayudado a mejorar la imagen, la popularidad y el respaldo hacia el presidente Bukele. Se han logrado más de 36,000 capturas y se ha sacado de circulación a pandilleros que tenían bajo zozobra a comunidades enteras, lo que permite que ahora los comerciantes tengan más ingresos (ahora no tienen que pagar la extorsión) y que se desplomen los delitos violentos, como homicidios, robos y violaciones.
La oposición se ha dedicado a boicotear los esfuerzos del Gobierno, así fueran para contener la pandemia o para combatir la delincuencia. El resultado está a la vista. De acuerdo con la última encuesta de la Universidad Francisco Gavidia, la mayoría de la población considera que partidos como ARENA, FMLN, VAMOS y Nuestro Tiempo están en camino a la extinción.
«La oposición está extraviada y no halla el rumbo ni el camino de cómo competir políticamente con Nayib Bukele, y eso está claro en los estudios», dijo ayer de forma tajante Óscar Picardo, investigador de la Universidad Francisco Gavidia y responsable de la última encuesta.
Ni siquiera la estrategia conjunta de la oposición con actores extranjeros y órganos de propaganda ha logrado hacer mella en el respaldo popular al presidente Bukele, quien ha logrado una importante conexión con el pueblo salvadoreño, el cual apoya el proceso de transformación política, social y económica del país.