Las actuales condiciones del país nos permiten escribir la historia desde nuestra visión, que es la visión de más del 90 % de la población salvadoreña. Es por ello por lo que detenernos a responder las amarguras y desventuras de quienes tienen su verdad (los del 3 %) no es nuestro estilo, al menos no el mío.
El método Bukele es un fenómeno político y social que trasciende las fronteras de nuestro terruño, motivando a otros mandatarios a copiar o al menos retomar algunas decisiones que puedan, de una manera tropicalizada, aplicar en sus países.
El método Bukele es un estilo preconcebido de cómo romper paradigmas en el ámbito político y cómo desde una plataforma llamada Órgano Ejecutivo irradiar una serie de acciones tendientes a llevar bienestar a la población, que es el deber ser de este Gobierno.
Desde sus inicios, cuando la gente del FMLN sabía del liderazgo de Nayib Bukele, quien ya presentaba todos los atestados y los atributos para llegar al Ejecutivo, comenzaron a poner una serie de trabas con el objetivo de evitar el ascenso en su imagen, debido a su buena gestión en las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y San Salvador.
Hicieron uso de estrategias relacionadas con asuntos de género y fue así como iniciaron su ataque, al menos el que fue mediático, el pleito de la manzana, que no les dio resultado y no lograron detenerlo, con el agravante de ser expulsado de sus filas. Esto se entendió por el pueblo como un arreglo entre ARENA y el Frente para distribuirse el poder.
Luego viene la negativa a inscribir el movimiento Nuevas Ideas como partido político, el cual fue bloqueado pese a conseguir las firmas en tiempo récord. En ese mismo ámbito decidió inscribirse como candidato presidencial con el partido Cambio Democrático en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), donde una vez más lo bloquearon, negándole su inscripción al cancelar dicho instituto político. Por último, en una suprema estrategia de medianoche, se logra inscribir con el partido GANA.
Hasta acá, la primera de las estrategias utilizadas por los mismos de siempre, los grupos que en el pasado manoseaban a su antojo la cosa pública, había sido derrotada, era el augurio de que las cosas iban por buen camino.
o derrotada, era el augurio de que las cosas iban por buen camino. Inicia una nueva etapa y era ganar el Ejecutivo sin tener apoyo legislativo, excepto el partido que le permite llegar a la presidencia, es decir, el partido GANA.
Se inicia un Gobierno con una oposición férrea, contestataria, apátrida y no empática con la población, pues sabedora de que las encuestas en el pasado expresaban que el mayor problema para los salvadoreños era la inseguridad, nunca quiso apoyar a un gobierno joven, creativo, innovador y con ganas de sacar adelante al país.
Esta oposición rancia y carente de solidaridad con el pueblo negó los votos a las propuestas presidenciales e inventó y replicó en sus panfletos el discurso de un presidente dictador, lo cual dista mucho de lo que es en realidad un dictador. Solo en sus sueños, frustraciones, mentes estrechas y carentes de sentido común existe ese enfoque.
El trabajo de esa antigua Asamblea Legislativa, a excepción de GANA, fue promover antejuicios sin fundamentos a funcionarios del Ejecutivo, obstaculizando la labor gubernamental en plena pandemia por la COVID-19, como si eso permitiese salir al paso de las dificultades en las que se encontraba el país. Se dedicaron a negar los votos para el pueblo; es más, se dedicaron a bloquear las acciones del presidente.
Este Gobierno, como parte de la historia, se enfrenta al fenómeno mundial de la pandemia por la COVID-19, lo que obligó a tomar acciones claras y contundentes; por eso, ante el primer caso reportado en la zona de Metapán se ejecutaron varias acciones, como orientar por medio de campañas mediáticas a nuestra gente, cerrar el país (confinamiento), el cual fue acompañado por la entrega de $300 a familias debidamente focalizadas, entrega de alimentos casa por casa, la remodelación del sistema público de salud, la construcción del hospital más grande de Latinoamérica, con hasta 1,000 camas, la unidad de cuidados intensivos (uci), uno de los primeros países en obtener las vacunas contra la COVID-19 y la estrategia de llevar kits de medicamentos a quienes nos vimos contagiados.
El método Bukele también destaca en el ámbito educativo, con la entrega de computadoras para 1.3 millones de estudiantes de educación pública y la capacitación y entrega de computadoras para 50,000 docentes.
El método Bukele, a pesar de contar con limitaciones en lo que a recursos se refiere, se ha dedicado a reconstruir la red vial del país y a construir nueva infraestructura; por ejemplo, pasos a desnivel, nuevos bulevares como los periféricos Claudia Lars y Gerardo Barrios, por mencionar algunos, sin dejar de señalar las mejoras al sustituir equipos de bombeo para llevar agua a todos los rincones del Gran San Salvador. La lista es larga de acciones positivas en favor del país.
El método Bukele, de igual manera, se hace presente en 2021 al irradiar su buen gobierno, al incentivar a la población a la elección de una Asamblea Legislativa desbalanceada para las pretensiones de los grupos tradicionales del poder económico y político del país y balanceada a los intereses de las grandes mayorías, que siempre fueron marginadas.
Es así como se comienza a erradicar a quienes tenían pactos de corruptos y que lejos de apoyar a la población entorpecían los procesos, es así como se destituye a magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y se nombra en el acto a sus sustitutos, de igual manera se sustituye al fiscal general de la república y se inicia una nueva era. Es de destacar que estas acciones están enmarcadas en las atribuciones que la Constitución de la República le da a la Asamblea Legislativa.
Con el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania se genera una situación de inestabilidad política y económica a escala mundial, hecho que ha permitido a nuestro país mantenerse al margen, lo que se expresa en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Obviamente, un fenómeno geopolítico de esa naturaleza impacta en todas las economías; para el caso, podemos decir que nuestro país goza, pese al incremento de los precios de los combustibles a escala mundial, de precios preferenciales, tanto para los hidrocarburos (diésel y gasolina) como para el gas licuado de petróleo (GLP), el que todos los salvadoreños usamos en casa.
El método Bukele pone a nuestro país en la línea de los deportes como el surf, con toda una infraestructura que tiende a convertirse en una de las mejores a escala latinoamericana, y hablo de Surf City, que llama la atención de propios y extraños.
El método Bukele ha logrado lo que ningún gobierno se atrevió a hacer, como es el hecho de erradicar a las pandillas como un fenómeno que no permitía que viniese inversión extranjera a nuestro país, y es así como se establece el conocido régimen de excepción, el cual hasta la fecha ha logrado recuperar espacios perdidos y negados a la gente honrada y trabajadora.
El método Bukele es una mezcla de diferentes estrategias, el cual ha renovado la visión y misión de país; permite a un presidente joven impulsar de manera atrevida y a la vez muy revolucionaria para nuestra época una serie de acciones con las que se busca en el fondo llevar bienestar a nuestra población, a la cual por décadas la mantuvieron adormecida con un supuesto discurso ideológico entre izquierdas y derechas.
El método Bukele, si se quisiera resumir en pocas palabras, es el hecho de ser un gobierno previsor, que siempre está tres pasos delante de los hechos. Eso la oposición orgánica y no orgánica no van a entenderlo jamás, pues su visión sigue patinando en el fango del pasado, en donde se han quedado y de donde no van a salir.