La comisión especial para investigar el traslado de fondos estatales a organizaciones no gubernamentales (ONG) está destapando los secretos más oscuros de la vieja Asamblea Legislativa. Uno de los invitados del pasado miércoles de la comisión fue el otrora poderoso Alejandro Solano, que se desempeñó como jefe de técnicos, pero que era temido incluso por Armando Pineda, el gerente de Operaciones Legislativas que luego se desempeñó como presidente de la Corte Suprema de Justicia, dado su poder de influencia con los diputados.
La participación de Solano fue surrealista: negó todo y se presentó como alguien que sabía hacer su trabajo, aunque los diputados le mostraron documentos firmados por él minutos después de que rechazó haberlo hecho. Al lado de tener su puesto influyente en la Asamblea Legislativa, el abogado también reconoció que dio asesorías a empresas y gremiales. Fue en una de estas —en la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI)— donde se convirtió en uno de los hombres de confianza de Javier Simán, incluido en su grupo cercano cuando intentó, sin éxito, ser el candidato presidencial de ARENA, y que luego acompañó a la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
Resulta curioso y revelador que la defensa de Solano surgió de Lorena Peña, la dirigente del FMLN que dejó de ser diputada, quien criticó desde su cuenta de Twitter el proceso de investigación que ha puesto en marcha la Asamblea Legislativa para conocer el uso de más de $279 millones de fondos públicos. Esta es una prueba más no solo de la alianza ARENA-FMLN, sino también del nivel de influencia del exjefe de técnicos legislativos.
El exarenero Juan Valiente, que ahora dirige Nuestro Tiempo, está de acuerdo con que ese dinero extraído de las arcas estatales financió campañas electorales. Pero también es un hecho que otros fondos fueron desviados a cuentas personales, como una forma de compra de voluntades.
La vieja Asamblea Legislativa funcionaba como un engranaje que era aceitado por la corrupción, por los sobornos y «regalos» para hacer más receptivos a los diputados a determinadas ideas promovidas por sus financistas. Pero ahora los diputados de Nuevas Ideas están destapando este mecanismo llamando a uno de sus operadores, que ahora se escuda en el manto de la ignorancia, pero que, por el puesto que desempeñaba, era imposible que no conociera. Los hechos tendrán la última palabra, y al respecto hay abundante documentación y muchos testigos.