Hace unos días, el presidente Bukele sorprendió al país con una noticia muy progresista, relacionada con la iniciativa para eliminar los impuestos al sector de tecnología e innovación, especialmente en los rubros de programación de software. Esta iniciativa pretende eliminar el impuesto sobre la renta, el impuesto a la propiedad, a las ganancias de capital y aranceles de importación a la programación de software; este beneficio se ampliará a las empresas que fabrican hardware de computación y comunicaciones.
La mayoría de los diputados de la Asamblea legislativa externó su apoyo a esta iniciativa del presidente. Con esto, El Salvador le abre puertas a la innovación, preparando el camino para la creación de un centro regional de comunicaciones. Estas exenciones fiscales a la industria tecnológica van a incentivar las inversiones extranjeras, lo que podría ser parte de un ambicioso plan del presidente Bukele para convertir a El Salvador en un centro tecnológico para toda la región, estaría motivando a inversionistas y emprendedores a mudarse al territorio salvadoreño, lo cual redundaría en grandes beneficios a la economía del país. Este tipo de iniciativas se agregan a las ya tomadas como la adopción del bitcóin como moneda de curso legal, también la emisión de los bonos conocidos como «bonos volcán», y el ambicioso proyecto de construcción de Bitcoin City.
El bienestar de una sociedad está ligado a una adecuada política que genere crecimiento. Con estas iniciativas se pretende atraer inversión extranjera que genere empleos y contribuya a la disminución de la pobreza. Debemos saber que sin el crecimiento económico no tendremos el desarrollo esperado ni prosperidad ni igualdad. Los países con mayor desarrollo económico introducen las nuevas tecnologías para fomentar la producción rápida y eficiente. Apostarle a un país con desarrollo tecnológico nos ofrece la oportunidad de ser más competitivos, con las tecnologías tenemos más acceso a la información, facilita los aprendizajes, se rompen las barreras de las distancias, se aumenta la productividad y la eficiencia de las empresas.
En el Salvador se han hecho algunos avances en ciencia y tecnología con aportes como la biotecnología, biomasa, biocombustibles, geotermia, energías renovables, también algunos avances en los cultivos y hortalizas y el clima. Si realmente queremos ser un país competitivo en la región, tenemos que apostarle al desarrollo de las industrias tecnológicas.
La industria 4.0 se está desarrollando, abriendo paso a las nuevas tecnologías, donde más allá del internet se avanza en nuevas tecnologías que modifican actividades y procesos, como la inteligencia artificial, la impresión en tres dimensiones, la robótica, la automatización de vehículos, la biotecnología, lo cual está modificando los paradigmas de producción y consumo. La tecnología tiene un gran impacto en todas las operaciones comerciales. No importa el tamaño de la empresa: la tecnología aporta muchos beneficios que ayudan a obtener mayores ingresos.
Diversos personajes del mundo financiero en el rubro tecnológico destacaron el anuncio del presidente Bukele, tales como Changpeng Zhao, el CEO de Binance, sugiriendo que la empresa podría ampliar sus operaciones en el país aprovechando los incentivos fiscales, y otros que han expresado su intención de elegir a El Salvador como destino para abrir su próximo negocio. También medios de comunicación extranjeros han destacado en sus notas la iniciativa propuesta por el presidente.
No cabe la menor duda que El Salvador le está apostando fuertemente al desarrollo de estrategias innovadoras con el uso de nuevas tecnologías, dotando a las escuelas de estas herramientas con el fin de que la niñez y la adolescencia cuenten con los recursos necesarios para potenciar un aprendizaje de calidad.