Todos los caminos importantes que vale la pena recorrer tendrán trayectos difíciles, todos los grandes resultados merecerán grandes esfuerzos. Uno de los elementos que hace la diferencia entre las personas promedio y las que lo superan es su capacidad para actuar a pesar de lo difícil, a pesar del tiempo que haya que invertir, a pesar de los costos, a pesar de la oposición; solo quien no hace nada, no enfrenta estas problemáticas.
Esto nos lleva a la pregunta ¿por qué una persona podría querer afrontar esas problemáticas? Verdaderamente, creo que la respuesta es porque vale la pena, vale la pena para tener más oportunidades, para contar con mejores condiciones, para ofrecer un mejor país, para atender las necesidades y el clamor de un pueblo, que por mucho tiempo ha sido olvidado, engañado y utilizado.
He estudiado el liderazgo por muchos años y me he dado cuenta de que ser líder no es algo sencillo. En mis palabras y en forma coloquial, el liderazgo es un huevo, una enorme responsabilidad. Un líder sabe que tomar el camino del liderazgo es difícil, pero su interés y conexión con las personas lo hacen seguir adelante, principalmente porque ha puesto atención y ha identificado las necesidades de las personas, porque cuenta con la empatía suficiente para interesarse por los demás, porque sabe que es necesario tomar la iniciativa y cuenta con la visión clara para marcar el camino donde llegar, la valentía y la responsabilidad para tomar decisiones que permitan lograrlo, ya que sabe que en el camino habrá voces que lo cuestionen porque no lo entienden, porque lo envidian, porque afecta sus intereses, porque les sorprende que tenga el valor para tomar esa responsabilidad.
Ante esas voces entra un elemento muy importante: resultados. Los líderes tienen resultados y ante cualquier voz que quiera opacar su liderazgo los resultados no podrán disminuirse, por eso sé que Nayib Bukele cuenta con un gran liderazgo, pues, además, de todas las características que he mencionado también cuenta con grandes resultados que lo respaldan, como el manejo exitoso de la pandemia, la estrategia de recuperación de territorios y la seguridad, ambos reconocidos a escalas nacional e internacional, la estrategia de turismo materializada en Surf City, Sunset Park y muchos más destinos, obras, desarrollo económico y social, sin contar la aprobación innegable de encuestas.
Los grandes resultados del presidente Nayib Bukele se deben definitivamente a su gran liderazgo, que a la vez es una promesa de más resultados; mientras que la pregunta dirigida a quienes lo critican es ¿cuáles han sido sus resultados?
Citando la primera de las 21 leyes irrefutables del liderazgo de John Maxwell: «La capacidad de liderazgo determina el nivel de eficacia» (la ley del tope). Nayib Bukele ha logrado en corto tiempo lo que nadie y conduce el país con una visión de desarrollo y de oportunidades. Su liderazgo es innegable.