La nueva variante ómicron del coronavirus se está extendiendo de forma rápida por todo el mundo. El Ministerio de Salud todavía no la ha detectado en el país, como sí sucede con otras cinco cepas, pero eso no quiere decir que más pronto que tarde tendremos esta nueva versión de la COVID-19 entre nosotros. El Gobierno del presidente Nayib Bukele implementó, incluso antes del inicio oficial de la pandemia, una serie de acciones para retrasar la llegada del virus y contenerlo una vez que estuviera dentro del territorio nacional. También se hizo una gestión internacional muy efectiva que logró que el país tuviera garantizado un suministro constante y buenas cantidades para inmunizar a la mayor parte de la población. De hecho, más del 70 % de los ciudadanos ha recibido las dos dosis de la vacuna y se avanza para aplicar la tercera.
Estas cifras son muy importantes porque reflejan la excelente gestión de la pandemia, reconocida por instancias internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El país es referente por la recuperación de pacientes en el moderno Hospital El Salvador, construido y equipado para especializarse en el tratamiento y la recuperación de pacientes con COVID-19, aunque de forma paralela se trabajó para reparar y acondicionar la red nacional de hospitales y unidades de salud, dejadas en pésimas condiciones por los gobiernos de ARENA y del FMLN.
Con ómicron, sin embargo, el mundo revive la pesadilla de la primera ola de contagios, debido a que los casos son numerosos, incluso en países con altas tasas de vacunación y de pacientes recuperados. No se trata de atenerse y creer que es inofensiva porque los primeros casos que se supieron de la nueva variante daban cuenta de síntomas leves. Al contrario, debido a sus múltiples mutaciones, todavía no sabemos la dimensión real del impacto de ómicron. Lo que sí sabemos es que la COVID-19 afecta los órganos internos y puede provocar lo que en círculos médicos se conoce como «long COVID» o efectos a largo plazo.
La tercera dosis de refuerzo brinda más protección contra el coronavirus y por eso hay que acudir a recibirla por medio de todas las modalidades que el Gobierno ha puesto a disposición. Como sociedad debemos mantenernos en guardia permanente, lo que pasa por recibir todas las dosis de vacuna, pero sin olvidar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad, como el uso de la mascarilla en espacios compartidos, el lavado de manos constante o el uso de alcohol en su defecto. Solo de esa forma podremos mantener activa la economía y, con ello, garantizar el desarrollo y el crecimiento que ya empezamos a vivir.