El titular de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), Daniel Álvarez, y la ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill, compartirán la presidencia de la cumbre de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena, por su sigla en inglés), lo que significa un enorme espaldarazo a las políticas del Gobierno del presidente Nayib Bukele.
El Salvador es uno de los países líderes en el uso de la geotermia como generadora de energía eléctrica y constituye una buena parte de su matriz energética. Expertos de otras naciones han venido desde hace años al país para aprender lo que nuestros técnicos han creado y desarrollado. Aprovechando este potencial, malos salvadoreños incluso quisieron entregar este tesoro a compañías extranjeras, a pesar de declararse «nacionalistas». Un litigio internacional terminó preservando este recurso para la nación, en beneficio del pueblo salvadoreño.
Gracias a que el país tiene geotermia, ahora está en marcha un proyecto para utilizar la energía generada directamente para minar bitcoines. Es la energía de un volcán utilizada para generar riqueza para el país y que será el principal motor de la muy próxima Bitcoin City.
Pero El Salvador no solo es geotermia. También hay energía fotovoltaica, gracias a que vivimos en una zona geográfica bendecida por la radiación solar, que también puede convertirse en electricidad. Nada más esta misma semana una empresa internacional ha anunciado sus planes para construir dos plantas en el país, que contribuirán más al desarrollo nacional.
Asimismo, hay planes gubernamentales para también seguir aprovechando la potencia del agua —nuestras hidroeléctricas son vitales en la generación de energía— con nuevas centrales que la corrupción de ARENA-FMLN había bloqueado y otras que ya están en marcha, además de utilizar el poder del viento en campos eólicos, incluso aprovechar la fuerza de las mareas e implementar el uso de plantas generadoras que funcionen con biogás, el cual es extraído de la limpieza de los ríos contaminados.
Para estar a la altura de los retos actuales, el país también requiere legislación acorde a las necesidades y la realidad. Además, garantizar que la energía eléctrica es un servicio público para el pueblo salvadoreño, impulsar más proyectos de energía renovable (públicos y privados) y reafirmar el compromiso de la lucha contra el cambio climático.
Para que el país dé el salto hacia adelante necesita garantizar un suministro estable, constante y abundante de energía, vital para mantener la industria y los servicios. Además, debe ser sostenible para garantizar que las siguientes generaciones seguirán disfrutando sus beneficios.