El Gobierno de Chile anunció recientemente que 14 millones de personas estarán confinadas debido al aumento de casos de la COVID-19 en la tercera ola de contagios. Países de Europa como Francia e Italia también han ordenado toques de queda y cuarentenas, mientras que Alemania no sabe cómo parar el incremento en el número de pacientes con coronavirus.
En El Salvador, como en cualquier parte del mundo, cada uno tiene la responsabilidad de detener el virus que ha cobrado casi 3 millones de muertes en todo el globo y que ha enfermado a 125 millones de personas. Las medidas de bioseguridad —el lavado de manos frecuente, evitar tocarse el rostro, el uso permanente de mascarilla en espacios compartidos y mantener la distancia— son vitales para evitar más contagios. Es algo que hemos aprendido en el último año y que sigue vigente.
La llegada de la vacuna no ha significado la disminución de casos en países ricos que pensaron que al hacer aplicaciones masivas iban a detener el avance de la enfermedad; al contrario, hemos visto que en algunas ciudades de Estados Unidos se han impuesto toques de queda debido a las concentraciones de personas en busca de olvidar la pandemia, como sucedió en Miami, con fiestas sin ningún tipo de control.
En los próximos días, nuestro país iniciará el feriado por Semana Santa, pero no debemos olvidar que el virus sigue ahí. Si bien ya comenzó la vacunación del personal de primera línea, eso no quiere decir que la COVID-19 ya vaya en retirada. Veamos los ejemplos de otras naciones que empezaron antes las vacunaciones y que han tenido los recursos para comprar millones de dosis —aun a costa del acceso para naciones en desarrollo—. Para ellas no ha significado la remisión de la pandemia; de hecho, los habitantes de muchos países se han confiado y eso ha provocado un aumento de los casos.
Las calles salvadoreñas también se notan más llenas y muchos, hartos de un año de privaciones, están pensando que merecen salir y olvidar la emergencia sanitaria. Pero eso es un espejismo. Todos debemos mantener las medidas de higiene y evitar las aglomeraciones. Una sola persona en un hogar puede transmitir la enfermedad a toda la familia, lo que llevaría después a desenlaces fatales.
Como sociedad, debemos acatar las medidas que promueve el Gobierno y evitar la propagación del virus. Depende de todos evitar que el coronavirus se instale en nuestros hogares.