Cada día, mes, año tienen un inicio y un final; los planes que cada uno se propone tienen un paso inicial y finalizan con el alcance de lo que nos hemos propuesto; los niveles de estudio inician con la adquisición de conocimientos básicos y culminan con el alcance del grado académico; la vida misma tiene un inicio y un final. En cada ciclo que se vive hay muchas situaciones por experimentar, pero ¿de qué forma les hemos sacado provecho? Y podemos generar otra pregunta ¿qué has aprendido de la etapa que viviste?
En todas las etapas y experiencias que viven el ser humano tiende a ver lo negativo, a hacerse críticas duras ante resultados desfavorables, pero hay que ser más conscientes de las cosas aprendidas, hay que admitir que los logros obtenidos tuvieron una inversión de tiempo, esfuerzo, desvelos quizás. Merecemos una autofelicitación por todo lo que entregamos en cada situación.
En lugar de quejarnos por las situaciones que no resultaron como esperábamos, debemos agradecer porque nos hicieron crecer, hicieron una mejor versión de quienes éramos. A escala mundial, cada persona vive situaciones difíciles, pero a medida que cada uno toma la decisión de aprender y valorar cada experiencia, se transforma en alguien mejor.
He vivido experiencias maravillosas en diferentes ámbitos de mi vida, cada una ha iniciado con desafíos, propósitos por alcanzar y grandes expectativas; esas etapas llegaron a su final y me he sentido satisfecho por lo que aprendí, por lo que logré, por las personas que conocí. Agradezco a los que me apoyaron y también agradezco a las personas que me obstaculizaron, porque de alguna manera me obligaron a ser mejor persona, más creativo y a hacer mejor las cosas.
Ciertas fechas que son representativas para mí marcan un antes y un después, las recuerdo y las festejo a mi manera. Por ejemplo, cuando cambié de trabajo, cuando inicié como voluntario en una fundación, cuando empecé a ejercer mi profesión. Todos esos inicios han sido muy felices, me han cambiado la vida, pero han sido justo después de finalizar algo, después de pensar en mis acciones, y como lo hacía era suficiente, me sentía satisfecho o cómodo. Hay que cambiar, innovar, hacer algo nuevo, mejorar quienes somos, hay que aceptar que algo se acabó, aprender a vivir con la ausencia de personas sin importar el motivo por el que ya no están en nuestras vidas.
Es imposible regresar al pasado, nada volverá a ser como fue, nadie puede congelar el presente; algunas cosas, situaciones y personas pueden cambiar. Debemos aprender sobre el agradecimiento, que no llega de inmediato; como todo en la vida, es un proceso, aprender a valorar lo que ahora hacemos o tenemos, y aceptar los cambios se convierte en un arte después de tomar la decisión de un cambio de actitud y practicar.
De acuerdo con cada punto de vista, la actitud con la que afrontamos situaciones y las experiencias vividas, los finales pueden ser realmente inicios, pero hay que reconocerlos.