Una puerta que se ha mantenido abierta, desde que la pandemia llegó al país en marzo del año pasado, ha sido la de la banca, que desde entonces se ha convertido en un aliado estratégico en la recuperación económica del país.
Disponer de servicios y productos financieros durante la emergencia sanitaria, que aún se encuentra presente, ha sido vital, no solo para las empresas e instituciones, sino también para las familias salvadoreñas.
El dinamismo de la banca se resume en el boletín financiero, a mayo de 2021, de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), que reflejen un sistema bancario sólido y estable y con una posición de liquidez robusta y adecuados niveles de solvencia para apoyar la reactivación económica del país.
El informe detalla que, a diciembre del año pasado, el sector financiero registró un crecimiento del 3.5 %, basado en el mejor desempeño de los depósitos y el otorgamiento de créditos a empresas y familias.
«Los bancos (miembros) apoyan a las empresas y familias con el otorgamiento de créditos y con servicios financieros que contribuyan a incentivar una recuperación más ágil de la economía y, por ende, aumentar el ritmo de crecimiento que al momento se ha observado», apunta el reporte.
Para la gremial, un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería vital para el país, ya que mejoraría la percepción de estabilidad a posibles inversionistas, y mantendría un entorno de negocios favorable.
En cuanto a los indicadores bancarios, el reporte de Abansa reveló que al cierre del primer trimestre el aumento del crédito orientado al sector servicios marcó la dinámica de esta variable, al crecer 8.8 % anual con un total de $1,934 millones.
En total, la cartera de créditos brutos alcanzó los $13,438 millones, con una tendencia marcada al alza.
Sobre la cartera de depósitos, destacó que el crecimiento interanual sigue al alza, y que a marzo 2021 alcanzó los $15,452 millones, reflejando un aumento de 8.2 % ($1,773 millones adicionales), montos que fortalecen la posición de liquidez de los bancos.
Los depósitos a plazo fueron los más representativos, con un 34 % del total de la cartera.
«Se espera que esto se traduzca en más colocaciones de crédito, que apoyen la recuperación económica», indica el boletín bancario.
La gremial destaca que la estructura de las fuentes de fondos de los bancos históricamente se ha respaldado por una amplia base de depósitos.
A marzo de este año, los depósitos representaron el 88 % del total del fondeo, seguido de préstamos con un 9 % y emisión de títulos valores (5 %).
Añade que la alta relación de los depósitos con el PIB muestra la profundización de los servicios bancarios en la economía local.
La fuente bancaria también destacó el crecimiento de las transferencias por medios electrónicos entre bancos UNI (ACH), que en marzo de 2021 sumaron los $1,200.