«Devuelvan lo robado», una frase que puso muy de moda el presidente Nayib Bukele en el marco de la pasada contienda electoral, en alusión a lo que gobiernos anteriores y sus funcionarios erosionaron de las arcas del Estado, millonarias cantidades que de no haberse concretado semejantes fechorías no tendríamos que recurrir como país al endeudamiento para lograr salir de los compromisos que un gobierno responsable debe de enfrentar. Según estudios recabados, solo en los cuatro gobiernos de ARENA se desviaron $12,000 millones y en los mismos ejercicios fiscales la corrupción de evasión de impuestos fue de $24,000 millones; o sea, cerca de $37,000 millones que se desviaron a cuentas particulares.n
Mas allá de lo que se dice y de lo que se conoce, lo que sí es cierto es que los gobiernos de ARENA y del FMLN se sirvieron con la cuchara más grande, erosionando las arcas del Estado en detrimento de la población, la que a su vez demanda que se le retribuya ese dinero en obras de beneficio social como escuelas, clínicas, hospitales y su equipamiento, reparación y construcción de la red vial, modernización de los trámites en temas hacendarios, generación de empleo, y en lo que más ha resentido la población por muchos años, el tema de seguridad, el cual está casi solventado por el presidente Bukele.
La memoria histórica y colectiva nunca debe de olvidar que esos males del pasado nunca más deben de repetirse, y para ello el presidente Bukele anunció que se construirá una cárcel para aquellos malos salvadoreños ligados a actos de corrupción. Tal como se observa, el ataque es frontal y a la vez contundente, al procesar judicialmente a funcionarios del partido Nuevas Ideas, dejando muy claro el mensaje de que nuestro país y sus recursos no son propiedad de grupos corporativos de orden económico ligados al poder político. El mensaje es a su vez muy tajante, decisivo y concluyente para ARENA y el FMLN, que están ampliamente señalados y sus banderas y colores manchados de lo más putrefacto y a la vez repugnante que uno se pueda imaginar de actos de corrupción, es decir, el ataque frontal a la corrupción, según lo citado por el mismo presidente Bukele, no tiene colores ni ideologías, y se va a castigar sin distinciones. Ya vimos que se eliminó el fuero a dos diputados de Nuevas Ideas, así como a una alcaldesa de la zona oriental de la capital; si esto es así, debe de ponerse énfasis en que la corrupción se encuentra enquistada en todos los niveles y en todas las instituciones del Estado, la cual, sin lugar a duda, será duramente castigada.
La lista negra seguirá creciendo en la medida que avancen las investigaciones. De momento se conoce de exfuncionarios exiliados en Nicaragua, México, Estados Unidos, Cuba, Venezuela, Suecia, Italia, España, entre otros; lo que sí es cierto es que el brazo de la justicia siempre llega y se debe tener plena conciencia de que entre el cielo y la Tierra no hay nada oculto.
Creo que El Salvador está dando pasos en firmes hacia lo que llamaríamos un pleno desarrollo económico, el cual se vislumbra con un segundo mandato, en alusión a la reelección del presidente Bukele, teniendo claridad de que el primer Gobierno ha permitido sentar las bases de un nuevo país, es decir, de refundación de la república, donde el factor seguridad destaca entre todos.Es obvio considerar que en simultáneo se ha venido promoviendo la marca país por medio de proyectos turísticos emblemáticos como Surf City, los avances cuanti-cualitativos en educación y la reconstrucción de la red vial, la cual, según reportes oficiales, ronda los 1,000 kilómetros reconstruidos. Por qué no destacar la actitud resiliente de este Gobierno, que, aunque al inicio enfrentó una férrea y estéril oposición de la anterior legislatura, y el fenómeno mundial derivado de la pandemia, estas acciones, por mencionar algunas, son las que tienen en jaque a la oposición salvadoreña, a tal grado que algunos partidos se encuentran en una posición tan incómoda que les podría pasar factura la población nuevamente con votos de castigo, pues ya no tienen nada que ofrecer, pues en el pasado le fallaron a su gente y su credibilidad política se encuentra profundamente comprometida, y es la lista negra de la corrupción la que los tiene señalados.