¿Qué representa la manzana en la historia de Adán y Eva? La serpiente engaña a Eva para que ella y Adán coman el fruto prohibido que es, según la tradición, una simple manzana. Dicho acto es conocido universalmente como «el pecado original». Como resultado de
su desobediencia, los primeros seres humanos son expulsados por Dios del paraíso. Increíble lo que una manzana provoca en la historia de la humanidad.
¿Qué representa la manzana en la historia de Newton? La historia de la manzana que cae sobre la cabeza del físico inglés Isaac Newton es sumamente anecdótica. Permitió construir lo que llegó a conocerse como ley de la gravedad universal. El principio que explica por qué caen las cosas fue formulado por Newton en la obra «Philosophiae naturalis principia mathematica», en 1687.
¿Qué representa la manzana en la historia del concejo municipal de San Salvador? La manzana en la reunión del concejo municipal hizo posible el nuevo sistema sociopolítico salvadoreño. «Una de las últimas experiencias de Nayib Bukele en el concejo municipal en 2017 fue cuando los concejales de su partido que lo habían llevado al poder, primero en la pequeña ciudad de Nuevo Cuscatlán y luego en la ciudad capitalina, San Salvador, contra todo
pronóstico, le dieron la espalda para apoyar uno de los proyectos emblemáticos referente a la revitalización del Centro Histórico, y con una clara pretensión de “mofarse de su alcalde”
se señaló que a la síndica le había lanzado una manzana». La síndica adujo que «le había faltado el respeto al lanzarle la manzana, una falta grave a sus derechos como mujer».
Algunas organizaciones hicieron eco al exigir explicaciones al irrespeto a su condición de
mujer y el partido inició de inmediato un proceso, a todas luces interesado, que culminó, luego de una serie de declaraciones publicitadas, con el dictamen del Tribunal de Ética, en voz de uno de sus integrantes, en conferencia de prensa: «que el alcalde municipal quedaba expulsado del partido». Un error auspiciado por la clase iluminada de los dirigentes en la sede oficial del PCS, conocido como el 229.
La miopía política estaba consumada en la sede desde donde se «maquinaban» las miles de expulsiones de militantes, de afilados históricos, que alzaban la voz, lo que permitió al FMLN «curarse de proletarismos», extinguiendo políticamente a miles de personas por su delito a discrepancia, un traspié de la dirigencia, que a la vuelta de ocho cortos años no logró ganar ninguna alcaldía a escala nacional ni diputación en las elecciones de 2024; y los dos expresidentes no son ya salvadoreños que
votan en El Salvador y los cuadros PCS huyen en desbandada.
Según lo ha calificado el excomandante Pablo Parada Andino, Goyo, «con el cuento chuco de
que eran la vanguardia de la revolución por ser el primer PC latinoamericano, incluso antes que el cubano, un partido de cuadros como se hacían llamar, porque mientras aquí en el país se hacía la guerra, ellos estudiaban becados en universidades del bloque europeo, para “dirigir la revolución” a través de los ministros […]».
Sin duda alguna, como escribió recientemente un periodista: «El 10 de octubre de 2017, fecha
en que el Tribunal de Ética del FMLN anunció la
expulsión de Bukele, marcó un antes y un después para la historia política del instituto rojo desde su primera participación en elecciones presidencial, municipal y legislativa, en 1994».
Así marchan las cosas para este partido que
enarbolaba el proyecto popular de los salvadoreños, quedando la conciencia moral en voz de pueblo que hoy se transforma.
Mientras tanto, las manzanas siguen rodando
sobre la tierra de este paisito nuestro y aún se escucha en la conciencia moral de los salvadoreños la voz en la reunión en 2017 del concejo municipal a una de las concejales honestas: «[…] Él tomó la manzana entre sus manos y de una forma amable la entregó en sus manos a la señora síndica municipal con la expresión: “cómase la manzana” […]».
No hay duda de que el país sigue caminando
con los ojos abiertos y por lo acontecido el 4 de
febrero y el 3 de marzo de 2024 da la impresión
de que no hay marcha atrás, que las nuevas generaciones gozan de políticas públicas para crecer con una visión psicosocial y cultural de buenas nuevas.