El período de pretemporada suele planificarse para iniciar después de unas semanas de terminada la competencia anterior. Suele variar el tiempo de preparación de acuerdo con la planificación de cada equipo, pero por lo general pueden ser entre cuatro y seis semanas. Se puede pensar que entre más tiempo es mejor, pero dependerá de la calidad del trabajo planificado.
Las semanas de este período se clasifican de acuerdo con las cargas de trabajo, tomando en cuenta el tipo de futbolista que se tiene, si tiene más o menos tiempo de carrera, también cómo se ha terminado el torneo anterior y, lo más importante, la próxima competencia.
Personalmente y por la experiencia misma, considero que lo más importante es llegar lo mejor posible al primer partido oficial. Llegar lo mejor posible genera confianza en el trabajo mismo y servirá para medir el trabajo realizado, a partir de eso se podrá ajustar y personalizar sobre la marcha el próximo período que es el competitivo.
Volviendo a las semanas de preparación, que son los famosos microciclos, comprenden entre seis y siete días de trabajo. Esto nos permite clasificar qué tipos de trabajos se van a realizar, qué capacidades condicionales y coordinativas se irán desarrollando, con qué intensidad y volumen se trabajarán.
En las primeras semanas predomina el volumen de trabajo por sobre la intensidad, y cerca del final de la pretemporada es lo contrario: predomina la intensidad sobre el volumen.
También se incluyen días dentro de las semanas con dos o tres sesiones cada día, de acuerdo con lo que se busque trabajar.
Otro tema fundamental es la infraestructura del lugar donde se decida realizar la pretemporada o parte de ella. Es cuestión de gustos y/o necesidades qué tipo de pretemporada hacer; muchos suelen realizar trabajos en playa por varios días, otros en montaña y muchos suelen desarrollarla en su cancha de entrenamiento sin salir.
En estas semanas lo que se busca es una respuesta al o los ejercicios realizados a corto plazo y una adaptación al trabajo que es más a largo plazo. Inicialmente el organismo sufrirá cambios fisiológicos que inician desde el tiempo que estarán expuestos al sol, temperatura corporal, alteración en ritmos cardíacos y en el acortamiento del ciclo sueño-vigilia.
Desde luego, es muy importante ir evaluando el trabajo que se va realizando con diferentes pruebas físicas, exámenes médicos, cuestionarios «wellness» para tener una certeza que la propuesta es acertada acorde con el momento del año.
A medida van pasando las semanas se va ganando trabajo, también se van desarrollando diferentes capacidades físicas predominantes en este deporte, como la resistencia, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad. Muchas veces el sello de ciertos equipos dependerá del director técnico, si gusta por equipos más rápidos, explosivos o de presionar más, también tendrá que ver la propuesta de juego para entrenar lo que esa forma en particular demande físicamente.
Finalmente, cabe mencionar que con solo la pretemporada no bastará para mantener cierto nivel de preparación física durante la competencia, debemos recordar que hay jugadores que participan más, otros menos, y es ahí en donde el preparador físico tendrá que gestionar el trabajo para mantener equilibrado al plantel de jugadores y que estén a disposición del juego la mayor cantidad de tiempo posible.