La Organización Internacional del Trabajo (OIT), indicó que la pandemia de COVID-19 provocó que en 2020 los salarios mensuales de dos terceras partes de los países del mundo, sobre los que se disponía de datos oficiales se redujeron o crecieran lentamente, siendo las mujeres las que se han visto más perjudicadas.
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El Informe Mundial sobre salarios 2020-2021, sostiene que es probable que en el futuro cercano la crisis ejerza una inmensa presión a la baja sobre los salarios.
Además, la organización internacional explicó que se observó un aumento del salario medio en una tercera parte de los países que habían facilitado datos; sin embargo, se debía a la distorsión del valor promedio provocada por el gran número de trabajadores mal pagados que habían perdido el empleo y cuyos datos ya no se incluían entre los de los asalariados.
En los países en los que se adoptaron medidas firmes para preservar el empleo, los efectos de la crisis se sintieron fundamentalmente como reducciones salariales, más que como pérdida masiva de puestos de trabajo.
La OIT sostiene que la crisis no ha afectado del mismo modo a todos los trabajadores. Las mujeres se han visto más perjudicadas que los hombres. De las estimaciones basadas en una muestra de algunos países se desprende que, sin los subsidios, en el segundo trimestre de 2020 la pérdida salarial para las mujeres hubiera sido del 8.1 % frente al 5.4 % para los hombres.
La crisis también ha asestado un duro golpe a los trabajadores con remuneraciones más bajas. Quienes tenían una ocupación de baja calificación perdieron más horas de trabajo que quienes ocupaban un cargo directivo o profesional mejor remunerado, indica la OIT.
Guy Ryder, director general de la OIT, sostiene que «el crecimiento de la desigualdad a causa de la crisis de la COVID-19 podría dejar inestabilidad social y económica de enormes proporciones. Nuestra estrategia de recuperación debe centrarse en las personas y con políticas salariales adecuadas que cuenten con la sostenibilidad del empleo y de las empresas».
Situación de Latinoamérica
La OIT explica que un ajuste suficientemente frecuente es crucial para mantener los salarios mínimos a nivel adecuado, y un nivel muy bajo suele reflejar la falta de ajuste periódico del monto en el tiempo.
En el caso de Latinoamérica solo el 1.8 % de los países, incrementaron anualmente su salario mínimo. Además, los montos en la región rondan entre los $3 y el más alto alcanza los $520.
En algunos países como México, Uruguay y Colombia, ya se realizó el ajuste del salario al inicio de 2020; otros cambiaron sus salarios mínimos en el transcurso de los últimos meses. En cuanto a los demás países, la OIT espera que ajusten el indicador en el transcurso del 2021.
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En Brasil, su ajuste fue 4.1 % al salario mínimo, Argentina anunció la subida a un 35 %, mientras que Paraguay, aumentó un 3.8 %.
En la actualidad, el 90 % de los Estados Miembros de la OIT tiene establecida alguna modalidad de salario mínimo. Antes de comenzar la pandemia de COVID-19, a nivel mundial, 266 millones de personas –el 15 % de todas las personas asalariadas del mundo– percibían una remuneración inferior a la del salario mínimo por hora, ya fuera a causa del incumplimiento de la normativa pertinente o porque su ocupación estaba excluida de la misma.
Salario minimo a nivel mundial
En los cuatro años anteriores a la pandemia, el crecimiento del salario mínimo mundial osciló entre el 1.6 % y 2.2 %.
Los subsidios salariales temporales han permitido a muchos países compensar parte de la mesa salarial que se hubiese perdido.
«El crecimiento de la desigualdad a causa de la crisis de la COVID-19 podría dejar un desolador saldo de inestabilidad social y económica de enormes proporciones».
Guy Ryder, director general de la OIT.