Las pistas de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de El Salvador recibieron a nuevas aerolíneas en 2022, lo que consolida la confianza de empresas internacionales en el país.
La primera en aterrizar en el aeródromo salvadoreño fue la beliceña Tropic Air, que inició operaciones entre Belice y El Salvador el 11 de febrero del año pasado, convirtiéndose en una de las nuevas aerolíneas que conectaría a los turistas de dichas naciones ese año..
En esa ocasión, John E. Greif III, presidente de Tropic Air, afirmó que «El Salvador es considerado un segundo hogar para muchos en Belice, con muchos lazos históricos y económicos, por lo que la expansión en este mercado es natural». La compañía transporta alrededor de 300,000 pasajeros al año en más de 200 vuelos al día.
Asimismo, en septiembre de ese mismo año, la aerolínea dominicana de precios bajos Arajet inauguró oficialmente sus operaciones comerciales en El Salvador, lo que permitió conectar al país directamente, y por primera vez, con Santo Domingo, República Dominicana.
«El Salvador es un país espectacular, la gente es muy parecida a los dominicanos, son muy cálidos y es una oferta distinta para nosotros», dijo en esa ocasión el CEO de Arajet, Víctor Pacheco, quien también elogió las estrategias económicas de seguridad del Gobierno.
Mientras que, en diciembre, la canadiense Air Transat realizó su primer vuelo comercial al país. La compañía es la principal aerolínea vacacional de ese país norteamericano y tiene conexión con 60 destinos internacionales en más de 25 países de América y Europa, ofreciendo vuelos domésticos, con conexión en Canadá, y transporta alrededor de 5 millones de pasajeros cada año.
Según la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), el aterrizaje de estas nuevas compañías aéreas se debe a las estrategias económicas y de seguridad impulsadas por el Gobierno del presidente Nayib Bukele, así como la ampliación de la nueva terminal aérea de pasajeros en el aeropuerto.
La obra, que tuvo una inversión de $56 millones, comprendió la construcción de 21,672.95 metros cuadrados, lo que permitió que ahora el aeródromo tenga una capacidad de movilizar hasta 5 millones de pasajeros al año.
Además, la modernización incluyó un edificio de tres niveles, cinco nuevas salas de espera con extensos pasillos y espacios de estancia con doble altura; y cinco nuevos puentes de abordaje para atender aeronaves de ancho fuselaje. Además, se construyó un área comercial con 14 nuevos locales, área de chequeo migratorio con 10 nuevos mostradores y otros cinco para aerolíneas.
Hasta mediados de diciembre, CEPA reportó alrededor de 3.2 millones de turistas de llegadas, salidas, tránsito y transbordo, en las 32,632 operaciones de vuelos comerciales de pasajeros.