Me preguntan constantemente qué aplicaciones tiene la programación neurolingüística en la enseñanza, aprendizaje, profesión, vida laboral y, principalmente, personal.
La programación neurolingüística relativamente es un adolescente que va creciendo, ya que sus inicios fueron en los años setenta, cuando dos profesionales y contemporáneos (Richard Bandler, ingeniero en sistemas, y John Grinder, psicólogo) se juntaron para crear un método más rápido y ágil para dar soporte y ayuda a las personas que les faltaba encontrar la habilidad para superar circunstancias difíciles y complicadas en la vida laboral como personal, modelando estrategias y formas de pensar de personas que resolvían situaciones complicadas de una forma rápida y sencilla, codificando esa información a un lenguaje universal y entendible para cualquier tipo de personalidad, sin importar el nivel académico o el estatus.
La fusión de los procesos, algoritmos y flujos de patrones, codificación que aporta la ingeniería en sistemas con la psicología, logró que estas nuevas herramientas aportaran muchos beneficios rápidos a los procesos mentales en las tomas de decisiones en cualquier contexto, reprogramando las conexiones neurológicas que tiene nuestro cerebro, desactivando las viejas conexiones con conocimientos del pasado con perspectivas repetitivas.
La programación neurolingüística tiene muchas aplicaciones, así como la teoría del equilibro o la teoría de juegos de John Nash, famoso matemático que corrigió 150 años de economía en 1949 cuando preparaba su doctorado; ahora su teoría de juegos tiene una aplicación en áreas como psicología, filosofía, biología, sociología, computación, inteligencia artificial, etcétera.
Con las herramientas de la programación neurolingüística podemos perfectamente conocer mejor nuestros procesos internos en la toma de decisiones, creando un flujograma de procesos que inconscientemente tomamos, pero no lo sabe nuestra parte racional.
Cuando descubrimos cómo nuestra neurología funciona (cómo actuamos), entonces podemos reprogramar nuestros pensamientos y emociones, creando químicos beneficiosos para nuestro cerebro por medio de los neurotransmisores que envían una señal a nuestro cuerpo a través de estímulos eléctricos mediante nuestro sistema nervioso.
Entonces, ahora que conocemos un contexto de la PNL, sabemos que es una herramienta muy poderosa para el aprendizaje porque se aplica a cualquier contexto, personalidad, profesión y actividades sociales.
¿Dónde podemos aplicarla? En las diferentes profesiones y actividades de liderazgo, neuromarketing, persuasión, discursos, establecimiento de metas, lectura del lenguaje corporal, política, empoderamiento, entrenamientos de conducta, psicología, abogacía, medicina, estadística, reclutamiento de personal, administración de empresas, finanzas, consultoría y análisis empresarial, emprendimiento, cambios de conducta, venta, etcétera.
Es tan amplia su aplicación porque tiene una connotación muy poderosa por ser un impacto directo en la comunicación y esta no solo se limita al habla, también a lo escrito, lo visual como los memes, avatares, «stickers», redes sociales, etcétera.
Cuando aprendemos a conocer mejor nuestro público, a las personas, sus pensamientos, sus decisiones, sus metas y programas (forma de ajuiciar) es cuando funciona mejor el algoritmo de procesos mentales para hacer un impacto en el ser humano; por supuesto, hablamos de forma positiva para que estos puedan superar cualquier miedo, fobia, ansiedad, adversidad, depresión, límites, y tomen decisiones óptimas para su desempeño y proceder empresarial o laboral, emprender, ejecutar un proyecto y crear sus metas, superar una relación sentimental difícil, etcétera.
Saber aplicar la PNL es un arte que nos hace ser diferentes como centro de formación y consultoría empresarial, porque conocemos mejor cómo adaptarla y enseñarla por la importancia que las instituciones gubernamentales o de empresa privada conocen bien: que lo más importante en la sociedad salvadoreña es el capital humano, o sea, usted.