El Salvador comenzó el encuentro sin complejos, con jugadas dentro del área, tiros de media distancia, penetraciones en busca de faltas y logró que los jueces le dieran tiros libres, como fórmula para mantener un partido disputado ante una selección de Puerto Rico que buscó una solución en los lanzamientos de tres puntos en los primeros minutos, pero que pronto se dio cuenta de que el equipo local es fuerte y tiene a una gran afición en las butacas.
Durante el primer periodo, El Salvador presionó en la marca, los suficiente para no caer en faltas y para lograr que las boricuas cometieran una serie de errores por los que perdieron varias posesiones. La gran figura salvadoreña del partido en los dos primeros cuartos fue Hillary Martínez, juega en Puerto Rico, quien demostró su habilidad en varías penetraciones y con tiros de media distancia para poner arriba a El Salvador sobre las caribeñas en varias ocasiones.
Cuando finalizó la primera parte, la selección de Puerto Rico parecía confundida por la presión de sus contrincantes y por los gritos de la afición, apenas ganaba por dos puntos, 38 a 40.
Los minutos transcurrían en la segunda parte y la distancia de dos puntos entre ambas selecciones no desaparecía. En las butacas había fiesta, pero en la nueva duela del Gimnasio Nacional se libraba una batalla, un juego por momentos muy físico, con algunos roces, pero también destellos de fantasía en jugadas protagonizadas por algunas seleccionadas salvadoreñas.
Cerca de finalizar el tercer periodo, la figura de El Salvador, Hillary Martínez, tuvo que salir por lesión, debido al sobre esfuerzo en la cancha. En ese momento destacaron otras jugadoras salvadoreñas pelando cada punto, entre ellas Aída Funes, Fátima Avilés, Emely Tevez y Kimberly Villalobos, quien sorprendió a las boricuas en penetraciones en el área.
Poco a poco la efectividad de El Salvador, ya sin su estrella en la cancha, fue disminuyendo, mientras Puerto Rico aprovechó el momento para encestar de tres puntos y para dominar el área hasta lograr la distancia suficiente para ganar 75 a 62.
Por su parte, en el encuentro anterior por la tarde, la selección de Cuba demostró que es una de las más poderosas del baloncesto femenino en la región. Llegó a superar a Costa Rica sin demasiado esfuerzo en la duela, hasta superarla por más de 30 puntos de diferencia.
Costa Rica intentó acelerar la marcha para acercarse a Cuba con la buena técnica de sus jugadoras, especialmente del número 10, Daniela Quesada, quien lideró jugadas efectivas.
Costa Rica demostró que tiene buen baloncesto y un equipo con buenas individualidades, pero el poder de Cuba era abrumador: velocidad, pases de fantasía, efectividad y buenas jugadas pesaron más
Cuando las caribeñas se dieron cuenta de la distancia difícil de remontar, cedieron la iniciativa a Costa Rica, quienes dieron muestra de su potencial hasta lograr ganarse el apoyo de la afición, pero no fue suficiente para cambiar el destino de un partido que Cuba había sentenciado desde la primera mitad de encuentro para terminarlo: 80 a 49.