Según las métricas del Banco Central de Reserva (BCR), en abril pasado, la recepción de remesas que llegaron al país ascendió a $665.6 millones distribuidos en más de 2 millones de operaciones generadas desde diversos países.
En total, entre enero y abril el acumulado de remesas alcanza los $2,578.3 millones, es decir un 4.2 % equivalente a $104.8 millones más a lo registrado en el mismo período de 2022, cuando estas transacciones reportaron $2,473.5 millones.
La institución apunta que en los primeros cuatro meses del año, los cinco municipios con mayor movimiento de remesas fueron San Salvador con $271.1 millones, seguido por San Miguel con $159.6 millones, Santa Ana con $91.2 millones, Usulután con $59.4 millones y Soyapango con $57.9 millones.
El BCR indicó que el promedio de la remesa mensual que las familias recibieron entre enero y abril de 2023 fueron $318.8, sin embargo, indica que el departamento de Chalatenango fue el que recibió el mayor importe promedio mensual con $410.9, en contraste con Sonsonate que recibió el menor con $292.1.
Por otra parte, la base de datos señala que el principal origen fue Estados Unidos con $2,403.6 millones, es decir el 93 %, del monto total.
Además, también se registró $23.2 millones provenientes de Canadá, $12.9 millones de España, $11.9 millones de Italia, y $4.1 millones que llegaron desde Reino Unido, que fueron las naciones con mayor participación.
Respecto a las operaciones, el banco reportó más de 7.9 millones, donde el 59.9 % ocurrieron a través de empresas remesadoras y otro 36.2 % fue gestionado a través de instituciones bancarias, mientras que el resto se dio mediante efectivo, recargas telefónicas y billeteras digitales de criptomonedas.
Cabe mencionar que estas últimas han facilitado la llegada de más de $32 millones en los primeros cuatro meses de este año, y que esta opción permite que los envíos no sufran cargos de comisiones.
La institución ha reportado que las remesas son un indicador importante de la economía nacional, ya que brindan soporte económico a alrededor del 31 % de los hogares salvadoreños y constituyen un flujo para la estabilidad del país, y que en promedio representan un 25 % del producto interno bruto (PIB) del país.