Según las estadísticas del ministerio de Seguridad, hasta el 2019, El Salvador era considerado como el país más violento del mundo con una impunidad en el delito de homicidio del 97 %, es decir, de cada 100 homicidios solamente se capturaba y procesaba a 3 de los responsables, esta cifra para el 2022 se redujo a 35 % y en lo que va del 2023 ha caído hasta llegar al 15 %.
Las autoridades han destacado que la drástica reducción en la impunidad del delito de homicidio ha sido lograda gracias al trabajo coordinado entre Policía, Fuerza Armada y Fiscalía. Este trabajo articulado se ha visto reflejado entre el 16 y el 26 de junio periodo en que la Fiscalía General de la República (FGR) ha logrado que un total de 24 homicidas reciban condenas de entre los 18 a 220 años de cárcel.
La más reciente condena de 35 años de prisión fue la decretada por el Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador en contra Yessenia Elizabeth Flores de Manzanares, quien asesinó a su esposo.
«En el informe fiscal se detalla que el 23 de abril del año 2021 Flores de Manzanares denunció la desaparición de su esposo Salvador Moisés Manzanares Landaverde, en la colonia Monterrey de Ayutuxtepeque. Sin embargo, después el cuerpo sin vida de la víctima fue localizado en un cañaveral de Apopa», indicó el fiscal del caso.
Agregó que parte de la prueba pericial presentada por la Fiscalía fue el análisis técnico realizado al teléfono de la imputada, con el cual se evidenció que este se activó en la zona donde estaba el cadáver y que ella había mantenido comunicación con el otro implicado José Sotero Peña Hernández condenado a 25 años de cárcel, con quien sostenía una relación sentimental. Además, se probó que ella fue la autora directa del crimen.
Otro de los homicidas condenado ha sido identificado como Walter Osvaldo Hernández Guzmán, según las autoridades, Hernández Guzmán junto con otros sujetos, le quitaron la vida a Iván Guillermo Zavala Zavala, en la colonia Santa Fe del municipio de San Martín en el año 2015.
Las investigaciones detallan que la víctima no quería ser parte de la pandilla, por ello, lo atacaron disparándole en la cabeza y tórax.
El Tribunal Quinto de Crimen Organizado de San Salvador impuso la condena tras valorar las pruebas presentadas por la Fiscalía y le impuso a Zavala 15 años de cárcel por el delito de homicidio agravado y tres años por agrupaciones ilícitas.