Álvaro Artiga, analista y catedrático de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), afirmó ayer que los partidos tradicionales de ARENA y FMLN son electoralmente «irrelevantes» para los salvadoreños, porque cuando gobernaron no fueron capaces de resolver los problemas sociales, como el de la seguridad pública.
«Probablemente a esos partidos se les pasó el tiempo. A aquellos dos partidos [ARENA y FMLN] la gente permanentemente dijo que los dos principales problemas que tenemos en el país son la delincuencia, las pandillas y la parte económica, y no resolvieron ninguna de las dos casas», criticó Artiga en la entrevista Frente a Frente.
ARENA gobernó 1989 a 2009, es decir, 20 años con cuatro presidentes. Dos de ellos ya murieron (Francisco Flores y Armando Calderón Sol), mientras que Elías Antonio Saca está preso por actos de corrupción y Alfredo Cristiani huyó del país el año pasado, después que la Fiscalía General de la República (FGR) le abrió un proceso penal por la masacre de los sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras en la UCA, hecho que ocurrió durante el conflicto armado.
El FMLN gobernó de 2009 a 2019, en dos periodos con los presidentes Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. Ambos exgobernantes enfrentan en El Salvador investigaciones fiscales por actos de corrupción en sus administraciones, pero huyeron del país y se nacionalizaron en Nicaragua, bajo la protección del régimen del izquierdista Daniel Ortega.
«Esos partidos pueden desaparecer, ya son irrelevantes políticamente, no tienen eficacia política y con el próximo año podrían desaparecer, quedar con un diputado o dos. El punto para mí es que el país se queda sin un canal institucional para expresar lo que es normal en la sociedad: la oposición al Gobierno», consideró el catedrático.
Los dos partidos tradicionales fueron derrotados electoralmente en 2019 cuando Nayib Bukele ganó la presidencia de la república, y en 2021 cuando el partido Nuevas Ideas obtuvo la mayoría calificada de la Asamblea Legislativa, es decir, 56 de 84 diputados y más de la mitad de las alcaldías, hasta entonces controladas por el bipartidismo.
«Ahora este presidente [Nayib Bukele] hace cosas que la gente percibe que están resolviendo sus problemas […]. Mide qué es lo que la gente siente, y hace algunas cosas para tener el apoyo», señaló el analista.