El establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular China (RPC) y El Salvador, en agosto de 2018, significó el inicio de las relaciones oficiales con la segunda potencia económica mundial y el establecimiento de una importante cooperación con la RPC.
Dicha relación ha sido fructífera, de respeto y reconocimiento. La Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín otorgó el Doctorado Honoris Causa al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, en diciembre de 2019, y ha otorgado ayuda no reembolsable para la construcción de la biblioteca nacional, de un nuevo estadio nacional, la donación de millones de inyecciones anti-COVID-19 y el otorgamiento de cientos de becas a estudiantes universitarios, entre otros resultados positivos de esta sustancial relación con el gigante asiático.
Contexto histórico
La civilización china se considera la más antigua de la humanidad y cuenta con más de 3,500 años de historia. «Zhong guo», actual China, significa ‘tierra del centro’. Era conocida en Europa durante la Edad Media como el País de las Maravillas. Marco Polo intituló su libro de viajes a China «Il Milione», pues eran tantas como increíbles las historias del llamado imperio celeste que cautivaron a Occidente: los inventos de la pólvora, el papel, la brújula, tecnologías que implicaron la mecánica, la hidráulica y las matemáticas aplicadas, la relojería, la metalurgia, la astronomía, la agricultura, la ingeniería, la teoría de la música, la artesanía, la náutica.
La ruta de las especies pasaba desde Catay (China) hasta la India y abarcaba Cipango (Japón). «El arte de la guerra», escrito por Sun Tzu hace 2,500 años, sigue vigente, pues enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento humano en los momentos de confrontación. «La mejor victoria es vencer sin combatir», afirma, «esa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante». Esta es la metáfora que mejor define la geopolítica mundial china.
La Gran Muralla simboliza la planificación china a largo plazo, medida en milenios, pues fue construida entre el siglo V a. C. y el siglo XVI, con 21,200 kilómetros de longitud, desde la frontera coreana hasta el desierto de Gobi, con una altura de seis a siete metros y de cuatro a cinco metros de ancho.
La Ruta de la Seda
Una de las razones para impulsar la nueva ruta de la seda global es que China paga las consecuencias de su política de hijo único, pues con 1,400 millones de habitantes envejece a gran velocidad y deja una fuerza laboral reducida para sustentar a una población cada vez más vieja y longeva.
China tiene el producto interno bruto (PIB) más alto del planeta, en términos de paridad de compra en el ranking del World Factbook de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En lo que respecta al PIB nominal, China ostenta las mayores reservas de divisas. En 2021 contaba, en dólares estadounidenses, con 3,427,931.39 millones, la zona del euro con 1,196,161.66 millones y Estados Unidos con 716,152.26 millones, según el Banco Mundial.
Es, pues, el país que puede echar adelante un proyecto planetario de tal calado. La ruta de la seda fue una red de rutas organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a. C., que se extendía por todo el continente asiático, Europa y África, y logró la instauración de la llamada Pax Mongólica o Pax Tartárica, un período de estabilidad social, cultural y económica que experimentaron los distintos pueblos nativos de Eurasia que fueron conquistados por el imperio mongol durante los siglos XIII y XIV.
Este megaplán de infraestructuras implica una inversión de $8 billones y conectará 70 países, lo que supone una base de consumo de 4,400 millones de personas, cerca del 63 % de la población mundial, que aglutina un PIB conjunto de $2.1 billones, alrededor del 30 % de la economía global.
La iniciativa implica inversiones, financiaciones, acuerdos comerciales y decenas de zonas económicas especiales (ZEE) en Asia, África y Latinoamérica, pues según el Foro Económico Mundial, China es el principal socio comercial de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay y el segundo de México. El siglo XXI para Latinoamérica estará en el Pacífico (Japón, Corea, China).
Centroamérica en la Ruta de la Seda
En diciembre de 2021, Nicaragua rompió con Taiwán para establecer relaciones con China. Las relaciones sino-costarricenses datan de 2007. Desde la apertura de relaciones en 2017, China es el segundo usuario del canal de Panamá, después de EE. UU., y el principal proveedor de mercancías de la Zona Libre de Colón, la zona franca más grande de América y la segunda del mundo.
Las relaciones de China con Centroamérica, donde resta Guatemala y Honduras, visualizan un punto geoestratégico cardinal en Latinoamérica: el golfo de Fonseca. Ubicado en el ombligo del continente, es una zona de gran riqueza pesquera y atunera.
La Larga Marcha
La Larga Marcha fue un episodio de la guerra civil china entre 1934 y 1935, consistente en una retirada de 12,500 kilómetros, desde el sur hasta el norte del país, del Ejército Rojo bajo el mando de Mao Zedong. Sentó las bases de unidad nacional de la RPC. Siendo el país más longevo del planeta, China maneja un concepto del tiempo radicalmente distinto al de Occidente, que se extiende a la magnitud de sus obras materiales. Le dan un toque de eternidad a su historia, que no se mide por años, generaciones y siglos, sino por dinastías y eras.
La nueva ruta de la seda es la continuación, con medios económicos, de esa Larga Marcha de 1935. Inventora del ábaco, instrumento burocrático por excelencia, la sociedad china es deudora de tradiciones filosóficas como el «Tao Te Ching», escrito por Lao Tsé, donde el tao (o dao, ‘camino’) significa cambio permanente como verdad universal. Visión de mundo reflejada en el «I Ching», o libro de las mutaciones, en la filosofía china del «yin yang», concepto fundamentado en la dualidad del aspecto positivo y negativo de todo lo existente en el universo.
Esta complejidad filosófica china es el resumen del gran salto económico, social, cultural y político que explica cómo China ha pasado de ser una sociedad feudal a una potencia económica mundial en nuestros días.