Anamaria de Melhado, antropóloga de formación, inició en el mundo de la pintura cuando residió en África. Tomó unos cursos para foguearse y empezó a pintar con la técnica del wash. Con el paso de tiempo adoptó la acuarela. Para ella la pintura es un medio ideal para expresarse.
«También fui auto dictada. Me decían “mira revistas e inspírate y siempre está constantemente mojando el papel y ensayando con la pintura”», compartió.
Mientras residía en Guinea-Bisáu, país del continente africano, Melhado se inspiró en los rituales que se viven y llevan a cabo cuando se llega la época de la recolecta del marañón, y al venir a El Salvador desarrolló su primera exposición con acuarela bajo el título «Cashurinas, las hadas de la huerta» en el Museo Marte.
Destacó que la muestra «son las caras que veían en las semillas de marañón» Este momento fue para ella el «cerrar un ciclo en África».
Con más de 20 años viviendo expatriada con culturas diferentes, al llegar a su país natal buscó una nueva forma de conectar y volver a restablecerse. Lo realizó mediante el proyecto «Latitudes Femeninas».
«Nuevamente tomé clases, busqué un profesor y logré pintar en acrílico. Le comenté que quería realizar un proyecto y me dijo “prepare lo que quiere hacer”. Como parte de la enseñanza de él me hacía leer sobre los movimientos modernos y justificar el porqué de todas las ideas que tenía, por ejemplo, los colores y los brochazos».
Siguiendo con la idea de su nuevo proyecto, con las lecturas e identificando lo que pretendía, se dio cuenta que se apasionó con los movimientos del fauvismo, porque vio que esa técnica desarrollada por lo franceses era salvaje mediante colores irreverentemente, sólidos y mucho contrataste.
Al identificarse con la técnica, el objetivo era homenajear a 22 amigas que han influido en su vida y vio la importancia de rendirles un tributo plasmándolas en colores.
«Para mí, son 22 energías donde lo más representativo a la hora de pintar, para mí, son los ojos, porque la mirada lo dice todo, mediante ella se tiene el intercambio. Se sabe si se está diciendo del corazón o mintiendo. Además, se complementa con la boca», apuntó.
23 pinturas y un libro
Durante un año estuvo dibujando y pintando hasta completar la colección. Mientras lo hacía recordaba a cada una de las personas y el nivel de amistad que tuvieron, ya que algunas ya no se encuentran con ella.
Al principio, a todas las pintó en canvas; sin embargo, Melhado también escribió un poema a cada una lo que dio paso a una publicación bellamente decorada.
«En los diálogos, ellas solas me dijeron cómo se querían llamar. Fue bien interesante todo el proceso para plasmarlas. Como complemento a las muestras, también hay un poema que es sombrilla que acuerpa toda la obra, este se llama “Es así”».
La primera estrofa del poema dice:
«¡Oh!
Qué triste es dejar la tierra natal
En busca de nuevas estrellas en el horizonte
Y entre los ropajes que nos acompaña en ese viaje
Suelen estar enredados la ilusión, el temor y las inseguridades
De lo que la vida nos puede brindar…».
Anamaria detalló que entre las estrofas habla de lo que sintió a la hora de irse del país por nuevas oportunidades que fueron brindadas para su esposo. También cuenta cómo las amistades le fueron ayudando en cada uno de sus procesos.
«Tengo la costumbre que en todos los libros hago anotaciones y diálogos para cuestionar ciertas cosas y aprender nuevas palabras. Entonces, me preguntan ¿por qué páginas en blanco? (en el libró que diseñó). Es para que las personas sean coautoras y sea utilizado como un diario», dijo.
Al final, después de las obras pictóricas y los poemas para sus amigas, sintió que faltaba algo. Y creó la una pintura número 23, que representa todas aquellas personas que «dejaron espinas de tristeza, piedras en el camino o cuchillos en la espalda». Lo peculiar de esta pintura es que es de menor tamaño que las demás. En su conjunto, las 23 obras se denominan «Latitudes Femeninas».
Actualmente, Melhado lleva a cabo conversatorios que se han convertido en pódcast con una duración de 15 minutos, donde una persona ha escogido un cuadro y mantiene un diálogo con ella.
«Se empezó a grabar en enero. Se acaba de terminar y está siendo publicado. Vamos por el quinto episodio. Son conversaciones que tienen diferentes amigas físicas con el cuadro, estas no tuvieron ninguna edición lo que se decía así quedó», detalló. Además, también está desarrollando talleres creativos de introspección.
El libro se puede adquirir en la libería de la UCA.



