De acuerdo con el último informe de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) correspondiente a noviembre, todas las áreas bajo análisis han demostrado un crecimiento respecto al reporte del año pasado por las mismas fechas.
Así, el sistema financiero salvadoreño continúa mostrando signos de robustez. De todos los signos positivos destaca el aumento en los depósitos de ahorros tanto en la banca tradicional como en las sociedades de ahorro y crédito. De acuerdo con la SSF, se trata de un crecimiento interanual de $1,055.4 millones, totalizando así este año $18,697.85 millones.
El aumento en el ahorro de los salvadoreños demuestra no solo la confianza en el sistema financiero —al cual entregan el fruto de su trabajo con la certeza de que está bien cuidado y que rendirá intereses al estar bajo resguardo—, sino también el dinamismo de la economía nacional, pues solo en la medida en que los ciudadanos tengan ingresos estables y cubran sus necesidades pueden destinar fondos para el ahorro.
Durante décadas, los salvadoreños no podían más que aspirar a sobrevivir en una nación que los viejos políticos de ARENA y del FMLN entregaron a las pandillas. Los pequeños y medianos empresarios debían entregar sus ganancias a los extorsionistas, que los amenazaban de muerte o a sus trabajadores.
Gracias al éxito de las políticas de seguridad pública implementadas por el Gobierno del presidente Nayib Bukele, los salvadoreños vivieron, por primera vez en décadas, la libertad y la tranquilidad en sus propios barrios y colonias. Con la guerra a las pandillas y el régimen de excepción se ha reportado la captura de 74,861 integrantes de maras y colaboradores. Además, se han decomisado 3,559 armas de fuego, 6,889 vehículos y 18,824 celulares, así como $3.3 millones.
Esta cantidad millonaria es una muestra de la gravedad del problema de inseguridad que vivía el país y del tamaño de la economía criminal que movían las maras. Ahora todos esos recursos —y muchos más— están en manos de los salvadoreños, pues han podido disfrutar plenamente del fruto de su trabajo sin pagar extorsiones, ser asaltados o haber estado en peligro de perder la vida.
Estos éxitos —en seguridad, economía y desarrollo— son valorados por los salvadoreños y son los que tomarán en cuenta a la hora de elegir a un nuevo presidente de la república. Por ahora, el presidente Bukele ha cumplido sus promesas y los ciudadanos esperan que continúe para que su plan de Gobierno se implemente completamente.