Todo estaba listo el 19 de junio de 2019 en la sede central de la Policía Nacional Civil (PNC). Los detalles de planificación, coordinación, operaciones, estrategias y diferentes recursos eran coordinados por el comisionado general Mauricio Antonio Arriaza Chicas, director general de la corporación policial, cuando recibe una orden precisa de parte del señor presidente de la república, Nayib Armando Bukele Ortez, para desplegar en breves minutos a partir de las cero horas del 20 de junio de 2019 la estrategia denominada e impulsada por el presidente Plan Control Territorial (PCT). En ese momento solo ellos y el equipo del Gabinete de Seguridad tenían plena convicción de que El Salvador iniciaba un proceso de transformación en seguridad.
En aquel momento hubo muchas dudas, incertidumbres, cuestionamientos, críticas internas y externas a la PNC, si realmente la estrategia funcionaría, ya que la responsabilidad era grande, decenas de planes y supuestas políticas de seguridad se habían lanzado en el presente siglo, todas con nombres pomposos y anunciando que llegaba la seguridad, y que venía el cambio, y nada sucedió. Si consideramos 1992 como el año donde las pandillas nativas de nuestro país, que no eran delictivas mucho menos criminales, pero que comienzan a llegar pandilleros de Los Ángeles, California, EE. UU., deportados con antecedentes penales por haber cometido crímenes y delitos en territorio angelino, es el segundo semestre de 1992 que la historia de las denominadas maras en aquel momento cambiaría nuestra historia, más de 115,000 homicidios vendrían hasta el 31 de diciembre de 2018.
Denominar la estrategia Plan Control Territorial no era menor, que el señor presidente Bukele demostraba alta voluntad política y prioridad por recuperar los territorios perdidos y entregados por los partidos políticos, grupos fácticos, algunos perversos dirigentes políticos y exfuncionarios. Porque es el control territorial que el Estado salvadoreño había perdido, y las pandillas controlaban y tenían gran influencia en la mayoría de los municipios en El Salvador.
Al llegar a la finalización de 48 meses de implementada la estrategia PCT, tengo dos grandes lecturas que están respaldadas por evidencia e indicadores, un primer momento de cuatro años donde los indicadores, estadísticas, datos, nos demuestran que los delitos de eficacia policial habían disminuido considerablemente comparándolos con los del presente siglo y el anterior, estableciendo las mejores marcas y registros por el actual Gabinete de Seguridad y la FGR. Y a partir del 27 de marzo de 2022, cuando se aprueba el régimen de excepción por la Asamblea Legislativa a solicitud del señor presidente Bukele, se inicia una etapa soñada y esperada por la mayoría de la población, en especial la más desprotegida, la que en la historia de nuestra república ha estado en el último eslabón de nuestra sociedad, el poder hacer un combate eficiente y efectivo a las pandillas, que son estructuras criminales y desarrollan actividades de crimen organizado.
No existe ninguna fase del PCT más importante que otra, cada una de las cinco fases implementadas ha cumplido su objetivo, ha sumado y aportado al logro de los objetivos; se han disminuido considerablemente los homicidios, ya no somos, no ocupamos el nada honroso primer lugar del país con mayor violencia homicida del mundo, en este momento nuestros niveles son comparables con los mejores en Latinoamérica al cierre de 2022, y este año podemos aspirar a ser el país con menor tasa de violencia homicida en el continente; se han disminuido las denuncias diarias de personas desaparecidas, uno de los legados y herencia de los dos gobiernos anteriores, los delitos contra la vida y el patrimonio presentan caídas considerables hasta mayo de 2019, pero sobre todo tenemos una Policía Nacional Civil y Fuerza Armada motivada, con mística recuperada en cada Institución, y ahora modernizadas en armamento, equipos, accesorios y tecnología.
La estrategia denominada Plan Control Territorial se convierte en 48 meses de ejecución en la más exitosa implementada en 201 años de república, lo respalda la evidencia, y además la dimensión subjetiva de la seguridad por medio de las diferentes encuestas de opinión nacionales e internacionales. Países de Sudamérica y Centroamérica ya no solo conocen el modelo y sus buenas prácticas, la quieren implementar. El Salvador está exportando al mundo conocimiento por medio del modelo y la estrategia Plan Control Territorial, siendo la voluntad política del presidente de la república y de su Gabinete de Seguridad la primera condición. El PCT sobrepasó todas las expectativas y superó todos los obstáculos, la falta de financiamiento durante dos años, la falta de apoyo de la oposición y adversarios del presidente Bukele y el Gabinete de Seguridad, los ataques sin argumentos técnicos, el ignorar la evidencia.
as pandillas criminales continúan sin poder reaccionar, porque la PNC, la FGR, la FAES, el MJSP les han desmontado toda su capacidad de organización y operación, además del golpe a sus finanzas criminales, no se pueden comunicar entre los penales y menos hacia el exterior, no pueden comprar armas de fuego, siguen perdiendo propiedades por medio de la extinción de dominio, y sobre todo ya no pueden seducir y atraer a la juventud, han dejado de ser opción para ser utilizados para hacer crecer las ganancias millonarias de estas estructuras criminales que solo buscaban maximizar sus altas ganancias.
La guerra contra las pandillas la ha ganado el presidente Nayib Bukele, los titulares y el personal de las instituciones del Gabinete de Seguridad y el valioso aporte y apoyo de la Fiscalía General de la República (FGR) sin duda hay que esperar que se haga oficial hasta que el presidente Bukele lo considere conveniente según los parámetros y las metas que él se ha propuesto, pero la población salvadoreña lo celebra por toda la nación, expresada en su libertad de movimiento, en la libertad para emprender, en la libertad para recuperar sus viviendas que fueron usurpadas por las pandillas criminales, en el ser libre de la extorsión, en disminuir el luto en las familias salvadoreñas, el no abandonar su país por la inseguridad, por regresarle los sueños y la esperanza a la población. Presidente Nayib Bukele, que el Señor lo bendiga y lo guarde por darles el más maravilloso regalo a los más desprotegidos, que son la seguridad y la libertad.