Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer a partir de 1975, y en 1977 fue proclamado por la asamblea del sistema de Naciones Unidas. Esta fecha es un día de unidad de todas las mujeres en los cinco continentes en pro de la igualdad, la paz, la justicia, el desarrollo, la equidad, la no discriminación. Pero desde 1848 hasta 1915 existieron grandes esfuerzos por diferentes grandes mujeres de la historia, precursoras de la igualdad y la no discriminación.
Esta fecha no es para que las mujeres se feliciten entre ellas, debe servir para fortalecer esas redes de apoyo por continuar estos esfuerzos por su participación en la sociedad y su desarrollo integral como persona, para seguir al blanco de reivindicación de derechos.
En El Salvador, el artículo 3 de la Constitución de la República establece como principio que todas las personas son iguales ante la ley; gozar de este derecho implica que no podrán establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión. De igual forma, el Estado salvadoreño es parte de tratados y convenciones que postulan la igualdad de los seres humanos, entre ellos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW); asimismo, el Estado debe garantizar, y es obligación, la eliminación de todas las formas de discriminación.
Toda la normativa internacional y nacional establece la igualdad para la mujer salvadoreña, es un gran principio que debe prevalecer en nuestra sociedad. Mujeres y hombres en El Salvador somos iguales ante la ley, lo que implica la equivalencia en sus condiciones ciudadanas y humanas, tanto en lo público como en lo privado. Ya suficientes ejemplos, incluso en cuerpos legales, establecían una clara desigualdad para la mujer salvadoreña. Y aun con las leyes vigentes existe resistencia en nuestra sociedad porque la mujer continue esa ruta.
Las políticas públicas deben enfocarse y redactarse con igualdad, equidad y no discriminación, y que el Estado garantice su cumplimiento; debe ser una igualdad real, pero al mismo tiempo efectiva. Debemos tener mucho cuidado, porque observamos avances en nuestra sociedad en el tema de la igualdad, son positivos, pero no son suficientes, porque aún existen deudas en los diferentes ámbitos en nuestro país, como el económico, social, cultural, político, deportivo, profesional, entre los principales.
La equidad son aquellas acciones que nos permitirán alcanzar o que nos conducen a la igualdad; de igual trascendencia es el principio de no discriminación, que no es más que el comportamiento de exclusión, distinción o restricción basada en el sexo, por ser mujer, que conduzca a anular o menoscabar el ejercicio pleno de las mujeres.
Este es, en mi opinión, el siglo de la mujer, donde brillará y logrará su máximo potencial en la sociedad salvadoreña. A todos los hombres: ha llegado el momento de erradicar el machismo y nuestra cultura patriarcal, ya que la igualdad, la equidad y la no discriminación entre mujeres y hombres en todas las áreas y situaciones en nuestra sociedad se convierten en condiciones y oportunidades para que El Salvador alcance el desarrollo humano, prosperidad, gobernabilidad, cultura de paz y sana convivencia.
Que Dios bendiga y siga prosperando a todas las mujeres salvadoreñas, que son la mayoría de nuestra población y una gran bendición.
