En entrevista con «Diario El Salvador», Lina Seiche, una artista y bitcoinera alemana, creadora de The Little Hodler, una serie de cómics y figuras educativas sobre bitcóin muy populares alrededor del mundo, comentó sus perspectivas sobre la nación y el presidente Nayib Bukele tras haber decidido mudarse a El Salvador y aplicar a una residencia.
Te mudaste a El Salvador y escribiste un artículo en Bitcoin Magazine sobre ello, donde dices que esta decisión no fue solo por la Ley Bitcóin. Entonces, ¿qué te motivó a hacerlo?
Supe sobre El Salvador por bitcóin, fue como el portal hacia el país para mí. Es muy interesante para nosotros en la comunidad bitcóin que un país lo haya adoptado como moneda de curso legal. Así fue como llegué aquí, por la curiosidad de ver cómo es el país, porque yo viajo mucho de todas formas, he estado viajando por 10 años y nunca había estado de este lado del mundo.
Vi un país que es completamente diferente a todo lo que he visto antes. Ahora, cuando regreso a Europa u otras partes del mundo y le digo a la gente: «mira, algo es diferente allá», ellos me dicen «claro, lo que sea, tú dices eso porque eres una bitcoinera». No, las cosas son muy diferentes acá y empieza por la vibra y en el optimismo que se siente aquí. Es un hermoso país, tienen increíbles paisajes, hermosos lagos, volcanes por todos lados y puedes ir a la playa muy rápido.
Tenemos de todo, ¿no?
La comida es increíble, el clima es genial, incluso cuando llueve es genial. Es objetivamente muy hermoso. El aura, la energía, es diferente aquí, y eso es porque cuando miras a través de las fronteras de tu país, Europa o incluso Latinoamérica o Estados Unidos, ves una tendencia en la que te dicen «10 años atrás, las cosas eran mejores»; si preguntas a la gente aquí, ellos te dicen «ahora es mejor, 10 años atrás las cosas eran peor». Esa es la gran diferencia, y puedes ver eso en cualquier lugar, en todo. Es algo único, que encuentro muy difícil de explicar, porque eso le digo a la gente «tienes que ver para creerlo», porque eso hace una gran diferencia. Es la gran razón por la que terminé aquí.
¿Estás aplicando a una residencia en El Salvador?
Sí, pero no el pasaporte de “Adopting El Salvador”. Una residencia para una persona normal, estoy en el proceso.
Conociste al presidente Nayib Bukele hace tres años y en tu estadía has escuchado cosas de los salvadoreños. ¿Cuáles son tus impresiones sobre el presidente?
Lo dije en mi artículo de Bitcoin Magazine: es demasiado humano para ser político, lo que dice mucho sobre la política desafortunadamente. Mis impresiones al inicio fueron que es muy inteligente y un pensador extremadamente racional, y usa el sentido común, que es algo que no ves en políticos.
Muchas cosas de las que hace no son típicas de un político, lo que es parte de las razones por las que cuando ves las coberturas sobre El Salvador en el exterior, le gusta pintarlo como alguien que abusa de las redes sociales y abusa de su entendimiento sobre el mundo de hoy versus el de 60 años atrás para su ventaja. Para mí eso es lógico, pero para los políticos aparentemente no.
En las conversaciones que tuvimos, vi muy fuerte su visión por el país y él quiere impulsar esa visión. Él sabe cómo llegar ahí y está muy consciente de las responsabilidades que tiene, y se enfrenta a ello constantemente. Todos lo estamos, con las cosas que hacemos, consideramos opciones, pero lo que está en juego es menor para nosotros, para él es un país entero que tiene que reformar y que continúa reformando.
Él es muy consciente de las cosas que están en juego. Cuando digo que es muy racional y usa el sentido común, a lo que me refiero es que él no sale y le promete a la gente el mundo, las estrellas, arcoiris y mariposas, no, él es muy claro al comunicar las cosas. Algunas veces el camino no es fácil, algunas veces toma tiempo, toma disciplina, algunos procesos, pero hay una transparencia ahí que despista a la gente, porque los políticos no son transparentes, pero él sí. Entonces confunde a la gente. Es algo que se necesita y me gustaría ver más de eso y espero que cambie esa imagen que se ha vuelto tan típica en los políticos. La gente lo está viendo y dice «lo que él está haciendo funciona, deberíamos copiarlo», y la gente también dice “deberíamos clonar nuestro propio Bukele”. Está funcionando y funciona porque él es real. Es tan simple, la verdad, pero a la vez no.
¿Qué te dice la gente de afuera sobre el presidente Bukele?
Lo que oyes en El Salvador es diferente a lo que escuchas afuera, por eso siempre digo: puedes leer los periódicos, ver la televisión, ver a la gente en internet, pero al menos escucha lo que los salvadoreños dicen. Si una opinión importa, es su opinión, porque ustedes eligen poner ese presidente en el despacho, ustedes eligen su gobierno, no es CNN en Estados Unidos o la BBC en Reino Unido. Porque es completamente diferente.
Vengo de Alemania y Europa es muy escéptica. Hay un cambio y ese cambio inició cuando Estados Unidos se mostró mucho más abierto, mucho menos crítico, mucho más receptivo al enfoque de Bukele, de lo que era antes. Europa, por otro lado…
Hay una agenda ahí, hay una narrativa que ha sido impulsada por cinco años ya. Ves los cinco años de presidencia, ves las cosas que han sido logradas en este país y ves las coberturas noticiosas, ves los resultados de las elecciones presidenciales que le dan 87 % en favor de su Gobierno, y luego vas y ves la BBC o algún medio alemán y dicen:« él es un controversial posible dictador». ¿Cómo puedes continuar diciendo eso luego de una elección democrática? Luego de una elección que Europa también dijo que era legítima. No puedes decir ambas cosas.
¿Cuál es tu visión de la adopción de bitcóin en El Salvador?
Desde un inicio, lo dije en mi artículo, cuando escuché que bitcóin iba a ser moneda de curso legal en El Salvador, el factor que acompaña hacer algo de curso legal es que tienes que aceptarlo. No me gustó eso, lo escribí en mi artículo. Estaba un poco preocupada que bitcóin sería obligatorio, porque eso va en contra, en primer lugar, del espíritu de los bitcoineros que es la elección libre, pero también porque es decirle a la gente «tú tienes que usar esto y no sabes qué es», y hay mucho estigma atado a bitcoin aún. Eso no me sienta bien.
Luego vine aquí y vi que nadie forza a nadie a usar bitcóin, lo cual es increíble, estoy muy feliz con eso. Sin embargo, inmediatamente después de que la Ley Bitcoin entrara en efecto, bitcóin se fue a un mercado bajista, lo que significa que por dos años el precio estuvo afectado y las compañías se fueron a bancarrota y varias estafas salieron a luz, lo cual no ayudó e hizo que todo el entorno luciera aún más sombrío.
Si todo el mundo le estaba dando la espalda a bitcóin, por qué se suponía que El Salvador tuviera un 100 % aceptación de bitcóin en todos lados, y amarlo y usarlo, no, eso no tiene sentido. No creo que esa era la intención desde el inicio de todas formas. El efecto de adoptar bitcóin es significativo, pero más que todo puso a El Salvador en el mapa, hizo a El Salvador el primero en moverse. El Salvador es el primer país en adoptar bitcóin y siempre lo será. Vendrán otros, pero El Salvador siempre será el primero, y ese será un título extremadamente épico. Eso dio atención, relaciones públicas, trajo muchos bitcoineros como yo, para bien o para mal, trajo inversiones, ayudó al turismo, ayudó a la reputación en construcción y mostró que El Salvador avanza a un pensamiento moderno. Lo que tienes que luchar es contra el estigma que está atado a bitcóin, no te puedes deshacer de eso y tomará tiempo. Ahora, lo que está pasando es que como se está recuperando, se cree que irá bien en los siguientes dos años, el interés internacional regresará, y lo mismo seguramente pasará en El Salvador.