A pesar de factores internacionales que afectaron el crecimiento de las principales economías del mundo en 2023, El Salvador logró mantener en positivo sus índices macroeconómicos gracias a una serie de estrategias en materia fiscal que facilitaron el comercio y la simplificación de procesos para registro de nuevas empresas.
Estos esfuerzos meramente económicos, según el Gobierno, vieron frutos positivos tras lograr posicionar al país como el más seguro del hemisferio occidental, no solo en el ámbito social, sino que también en el jurídico.
Los números se ven reflejados en el más reciente Informe Macroeconómico publicado por la firma internacional de servicios financieros Exor Latinoamérica, el pasado enero, en el cual destaca un panorama alentador para la economía salvadoreña.
Los datos reflejan una mejora significativa en las finanzas públicas y un entorno macroeconómico estable, por ejemplo, los ingresos del Sector Público no Financiero (instituciones autónomas) aumentaron un 6.8 % en 2023 ($8,416 millones) en comparación con 2022 ($7,881 millones), impulsados por crecimientos en los ingresos tributarios (4.6 %) y no tributarios (27.1 %).
Además, se suma un notable incremento en las transferencias financieras públicas (90.0 %) y donaciones del exterior (7.7 %). También destaca que a pesar de un aumento del 9.3 % en los gastos, la inversión bruta se elevó un 90.9 %, y los gastos por intereses redujeron un 10.8 %.
«También, hubo una reducción del gasto público, especialmente el relacionado con intereses y transferencias de capital. En octubre de 2023, estos gastos disminuyeron un 14.9 % y un 22.2 %, respectivamente», señaló el especialista y líder del informe de Exor, Kevin Anderson.
El sector financiero privado de El Salvador por su parte, reportó una utilidad de $313.4 millones al cierre de 2023, experimentando un crecimiento del 3.8 %, aunque más moderado en comparación con el 17.8 % de 2022. «Esta normalización de la actividad económica y los desafíos macroeconómicos globales han impactado la demanda crediticia», señala el informe.
«El crecimiento económico de El Salvador es producto de políticas que promueven un entorno favorable para las empresas y el desarrollo de infraestructura que alientan a la inversión nacional y extranjera y fomentan la diversificación económica», destacó el especialista.
El informe también ha evidenciado que el crecimiento macroeconómico se impulsó por un notable incremento en la Inversión Extranjera Directa (IED). El año pasado este indicador en el país alcanzó los $487 millones y logró una recuperación respecto a 2021 y 2022, según el documento.
«Es razonable predecir un aumento en el monto de la inversión extranjera directa (IED) en El Salvador luego de la mejora en seguridad, ya que esto suele ser un factor determinante para atraer inversión extranjera», señaló el economista.
Ante los desafíos económicos para este 2024, Anderson, plantea que el Gobierno debería «Sostener la inversión en infraestructura, educación y tecnología, y abordar el aumento de la productividad y la competitividad de las empresas locales».
Entre los pilares, que según el experto sostienen la economía salvadoreña, destaca la diversificación económica, que implica seguir promoviendo industrias no tradicionales, así como la innovación y el desarrollo tecnológico; seguido de inversiones en capital humano, que comprende educación, formación y salud para aumentar la productividad y la competitividad a largo plazo. «Un capital humano sano y bien formado es esencial para el desarrollo económico sostenible y la reducción de la desigualdad», dijo.
Por último, el vocero de Exor señaló que para mejorar el entorno empresarial es clave continuar con la simplificación de los procedimientos administrativos, así como seguir reduciendo la burocracia para crear un entorno empresarial más favorable para las inversiones y los negocios en el país.