El Salvador superó los fatídicos primeros cinco minutos, esos que ante Japón le habían pasado factura. El monstruo de esa catástrofe se había alejado de la Azul poco a poco.
Sobre las complicaciones que podía haber para la Azul, Hugo Pérez lo había adelantado, en el sentido de que el timonel alemán de Corea del Sur, Jurgen Klinsmann, quería golear con siete u ocho anotaciones.
Pero nada de eso hubo. Pese a tener un panorama adverso, El Salvador le sacó el empate de riñones por 1-1 a Corea del Sur. Así botó todos los pronósticos.
Para marcar un buen paso tuvieron que aparecer Harold Osorio y Leonardo Menjívar, dos a los que la pelota no les quedará, al contrario, les sienta bien.
Entre los dos se atrevieron a llegar a la última línea y aliados con Kevin Reyes y Brayan Gil le dieron trabajo a la zaga coreana.
Menjívar era la bujía de salida para la Azul. Parecía uno consagrado cuando tomaba el balón y eso alcanzaba para sobrepasar la línea del medio campo.
Así, el equipo nacional superaba el miedo escénico ante una Corea del Sur, que mostró un juego de memoria, basado en el buen trato a la pelota. Pero en el fondo, sobre todo, Érick Cabalceta, la Azul estaba atenta para los rechazos de pelotas comprometedoras
Corea insistió, más que todo con Cho, pero no le alcanzaba para derribar el sistema defensivo de la Azul.
Pero iba a ser hasta el 49 cuando el equipo local marcaría el 1-0 por intermedio de Hwang Eui-Jo. El zaguero Bryan Tamacas no llegó a tiempo al cierre y dejó que el jugador asiático pateara al arco sin contratiempos.
Con ese tanto, el timonel de los surcoreanos, Jurgen Klinssman respiró hondo en el banquillo, porque el lo había incomodado por 49 minutos. Era tanta la inquietud que hasta el abrigo de lluvia se había quitado para el complemento.
Mientras tanto en El Salvador, se fue Leonardo Menjívar al 49, complicado con una amarilla. Así le iba a costar más la salida al equipo cuscatleco. Osorio iba a continuar teniendo el balón, pero ya no era con igual dinamismo de la primera mitad.
Corea quería más, pero la zaga cuscatleca se tenía que multiplicar pare evitar más tantos de los locales. A eso se sumó el esfuerzo de Tomás Romero, quien firmó ante Corea su mejor partido con la Azul absoluta.
Luego a cinco del final llegó el tanto salvadoreño. Alexánder Roldán irrumpió en el área asiática y se zambulló para marcar de cabeza el 1-1 definitivo. El Salvador le faltó al respeto a los asiáticos en el cierre y estuvo a puntos de vencerlos, pero no les alcanzó para eso.