Más de 70 años de trabajo en el mundo del ballet respaldan la trayectoria de Alcira Alonso, una argentina nacionalizada salvadoreña, quien le ha dejado al país un enorme legado artístico. Nacida en 1927, en Buenos Aires, llegó a El Salvador en 1961 para formar parte de la Escuela Nacional de Bellas Artes como asistente del maestro ruso Sergio Unger, director de la Escuela de Ballet.
Alonso se desempeñó como bailarina profesional, maestra y coreógrafa en Argentina, Nicaragua y Australia.
A El Salvador y Centroamérica le quedan sus mayores logros: la introducción del sistema de enseñanza del ballet clásico de la Royal Academy of Dance (con sede en Londres), la creación y dirección por más de 20 años de la Fundación y Compañía Ballet El Salvador y haberse convertido en la única coreógrafa en El Salvador que ha producido ballets completos los cuales presentó junto a la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES).
La maestra es considerada una de las leyendas más importantes y uno de los pilares fundamentales para la promoción y enseñanza de este arte. Bajo su dirección se recrearon puestas en escenas como «Carmen», «El Lago de los Cisnes», «Giselle», «Spartacus», «Sueño de una noche de verano», «El cascanueces» y «Cenicienta», entre muchas otras obras.
Alcira Alonso, la maestra que entregó su vida a la enseñanza y formación de la danza clásica a lo largo de varias generaciones, falleció el pasado miércoles 26 de julio, a los 95 años. Su deceso fue por «causas naturales», informó la Escuela y Compañía de la Fundación Ballet de El Salvador, institución que ella fundó.
«Con gran tristeza en el corazón les compartimos la noticia que nuestra querida maestra Alcira Alonso partió esta tarde a la casa de Dios nuestro Señor», es el mensaje que se compartió en diversas redes sociales de la escuela.
Los restos de la gran bailarina fueron velados ayer en el Complejo Funerario Montelena, y hoy, a las 11 a. m. habrá una misa de cuerpo presente en la parroquia de Montelena, la cual estará abierta al público que quiera acompañar o despedirse de la maestra.
«En este momento de unidad, como familia artística celebremos la vida de una gran mujer, quien nos deja un legado importantísimo para la danza y la cultura de nuestro país y la región centroamericana, presente en sus más de 60 años de trabajo reflejado en la Fundación Ballet de El Salvador, la Compañía Ballet de El Salvador y la Escuela de la Fundación Ballet de El Salvador. Honremos su memoria como ella siempre nos lo dijo: bailando con el corazón y el alma», se añade en el mensaje compartido en las redes sociales.
Enseñanza eterna
Alcira Alonso llegó a El Salvador para ejercer como maestra y coreógrafa en la Escuela de Danza; sin embargo, como un capricho del destino el amor se interpuso en su camino y decidió sembrar sus raíces en tierras cuscatlecas. Aquí se casó con el escultor Enrique Salaverría.
La pasión que siempre mostró por el ballet fue evidente desde pequeña, cuando por razones médicas le fue recomendado a los padres de Alonso que le buscaran una actividad para sanar las dolencias de su hígado, desde ese día nunca paró de bailar.
Hace seis meses, la maestra Alonso participó junto al staff de maestros de la Escuela de la Fundación Ballet de El Salvador en la entrega de reconocimientos del Royal Academy of Dance a los estudiantes de la escuela que tomaron sus exámenes RAD en 2022.
Durante la premiación se destacó su trabajo con la Real Academia, en 1972, sobre todo «introduciendo la metodología inglesa en la región centroamericana, por medio de la cual se ha formado generaciones de bailarines y maestros, que hoy continúan su legado a lo largo de Centro América».
Al conocerse su deceso, funcionarios, instituciones y particulares han recurrido a las redes sociales para agradecer, despedir y honrar a la gran maestra salvadoreña.