Hay muchas cosas que una persona puede cambiar de ella: su estilo de vestimenta, residencia, sus hábitos, amistades, dogmas… pero hay una cosa que no puede cambiar de sí misma: su pasión por alcanzar sus motivaciones. Esta frase se dijo, de una manera similar, en una película ganadora de un Premio Óscar («El secreto de sus ojos») y hace mucho sentido con el contexto actual de emprender e innovar que está floreciendo en la región latinoamericana; emprender se ha transformado en una pasión y motor de cambio para las personas y naciones.
Iniciar un negocio se convierte en un catalizador de cambio que en la región está creciendo a pasos agigantados y de manera exponencial. No solamente es una cuestión de estar a la moda, es una estrategia que está moviendo países completos para agilizar, mejorar e impulsar toda iniciativa desde la que genera un dólar al día hasta la que empieza a establecerse como una empresa multinacional con facturaciones que sobrepasan los millones de dólares anuales. Algunos empezaron pintando de color plateado a construir, otros apenas acaban de sacar su cédula en la alcaldía, algunos solo contaban con su creatividad y valentía, otros con su lógica y reservación a actuar de manera desmesurada. De cualquier forma, nadie puede negar que se está viviendo una época dorada de emprendedores en la región latina. Desde emprendimientos integrando inteligencia artificial, otros a causas sociales, otros al rubro de la tecnología financiera (fintech), entre otros.
En 2024 la revista «Forbes» publicó sobre las 30 promesas de los negocios de 2023. Resulta muy interesante que el 85 % refleja que los fundadores de estas startups tienen entre 18 y 39 años. Además, cuatro de 10 emprendimientos llevan tres años (o menos) de existir. ¿Qué reflejan estos estadísticos? Emprender y formar un negocio que impacte de manera transversal el panorama de un país ya no es excluyente de la edad y/o experiencia laboral, no se requiere de una cantidad determinada de tiempo operando para ser un caso de éxito, y lo que los une a todos en una misma cualidad es la pasión de hacer su creatividad, ideas, creencias y anhelos realidad en una idea de negocios. Asimismo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apuntó que en 2023 las pymes generaron el 80 % de los empleos en la región centroamericana.
Ahora emprender es una cuestión de querer hacerlo. Es un espíritu que nace en uno o se crea en uno. Emprender no es, necesariamente, inventar la rueda. Puede ser una nueva forma, con un diseño nuevo, nuevos materiales, su utilidad en otros rubros… No hay que ser un gran inventor o un genio para crear un modelo de negocios disruptivo y transversal. Si bien es cierto que ayuda a dar una visibilidad mayor de cómo hay que abordar el contexto del negocio, lo que más impacta sobre el éxito de ello son dos cosas: uno, tener pasión por lo que se está creando, y, dos, resiliencia para afrontar los retos que conlleva edificar esa pasión en un modelo de negocios.
No solo lo dicen los datos, los artistas que han renovado la región con proyectos interesantes, los analistas, los que ya pasaron el proceso de emprender y hoy en día dirigen a un equipo. Lo decía Scott Belsky: «No es sobre las ideas, sino sobre hacer que estas se vuelvan realidad». Se invita al lector de esta columna a plantearse la siguiente pregunta: ¿está listo para asumir el riesgo y transformar su pasión en realidad?