La mayoría de las urgencias en odontología ocurren por dolor provocado por un proceso inflamatorio e infeccioso. Cuando eso ocurre por la noche se convierte en una agonía que nadie le desea a su prójimo.
La infección puede viajar por el hueso, la encía y llegar a lugares que podrían poner en riesgo la vida de una persona, más si se padece de alguna enfermedad crónica y se toman medicamentos especiales para estabilizar el organismo.
El control del dolor en ese momento es esencial. Pasar una noche en vela, ir a trabajar con dolor, tener parte de la cara inflamada o no poder alimentarse adecuadamente se convierten en una tortura que muy pocos soportan. El dolor se agudiza al acostarse, tomar algo helado o caliente, o golpear la pieza accidentalmente; además, el humor en la casa o la oficina no es el más agradable, por lo que cada minuto que pasa parece una pesadilla.
Probablemente habrá odontólogos que cordialmente contestarán el teléfono y darán instrucciones a los pacientes; sin embargo, en el país aún falta trabajar en soluciones para responder a esa clase de emergencias que podrían poner en peligro la vida del paciente. Hay instituciones que ven a pacientes los fines de semana y los días feriados, pero en general todavía no se atiende a quienes sufren y ven pasar largas horas a la espera de que abran un consultorio.
Lamentablemente, se han escuchado muchas historias de terror: pacientes desesperados que utilizan sustancias que provocan quemaduras en los tejidos, personas que han tratado de fracturar la muela que les provoca el dolor con tenazas, el uso de una gran cantidad de analgésicos, que muchas veces provoca alteraciones como gastritis o colitis, entre otras.
Un profesor muy querido en la academia siempre nos animó a atender a los pacientes con este tipo de padecimiento. «No está lejos la apertura de un hospital dental que atienda en horas nocturnas a quienes sufren y necesitan nuestros servicios», decía.
Ojalá que pronto tengamos la oportunidad de ver ese sueño hecho realidad. Que las autoridades promuevan, acepten y apoyen a colegas para que se ofrezca un servicio 24/7 en los centros hospitalarios.
Además, que las teleconsultas sean bien recibidas por la población para tratar la enfermedad con prontitud y lograr un diagnóstico temprano. Eso también ayudará a que el paciente acuda a la consulta odontológica más tranquilo y con la medicación adecuada.
Gracias a los colegas que ven con empatía a sus pacientes y —con compasión— atienden este tipo de emergencias.