Después de recibir un susto que les mantuvo con «hipo» y taquicardia a lo largo de 65 minutos, Santa Ana aprovechó los 25 restantes para cazar a los fantasmas de San Vicente y decretarles un 4-1 en la Liga Nacional de Fútbol (LNF).
Todavía crecido, por el contundente triunfo de 4-0 que cosechó sobre San Miguel, San Vicente llegó al Óscar Quiteño con el ego intacto y bajo esa inercia también propuso pelea a Santa Ana que inicialmente se vio sorprendido por un gol tempranero cuando el encuentro entraba a su primer hervor.
La diana convertida por el colombiano José Quiñónez llegó al 12′ en una jugada de riñón del cafetero que también contó con la complicidad del meta de los pumas.
Se durmió al intentar salir juntando con el balón el portero Diego Guzmán, Quiñónez le remachó el remate, la pelota tomó dirección a puerta y el ariete solo tuvo que terminar de empujarla.
Hasta ahí el duelo había sido equilibrado, pero tocado en su amor propio el puma adelantó líneas y comenzó la cacería sobre los fantasmas. Al 15′, Cristian Caicedo le quemó los guantes al portero Manuel Martínez que respondería luego de gran forma para rechazar un misil de Carlos Trujillo en el 17′.
En ese lapso el equipo vicentino tuvo que encomendarse a los guantes de su portero, y la experiencia en la zaga de Yan Carlos Martínez que no permitió ni el paso a «mosquitos».
De ahí que a Santa Ana únicamente le tocó que intentarlo desde la larga distancia. Probaron Jhoan Mancía y luego Dennis Lima en la bajada del telón del primer acto, pero Martínez bajo los palos les tapó todo.
En la vuelta a las acciones el duelo calcó la última media hora de la etapa inicial y el gol local de la paridad solo fue cuestión de tiempo. Llegó en el 65′ después de un penalti convertido en gol por Trujillo.
El tanto sacó de las casillas a los fantasmas que después ir arriba en el marcador por 65 minutos vieron como les empataban en una jugada rigurosa y solo dos minutos después 67′ ya estaban abajo en el marcador.
El 2-1 lo hizo Lima después de recoger un balón que le quedó servido a la altura del manchón del penalti y que definió con un zurdazo raso a la esquina.
En adelante San Vicente pasó a ser un fantasma futbolísticamente y fue desconocido. Cristian Caicedo decretó el 3-1 al 82′ y Cristian Melara, en el 85′, remató con el 4-1 definitivo.