Este año, el tema del Día Internacional de la Mujer que conmemoramos cada 8 de marzo ha sido: «Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19», el cual hace un reconocimiento especial a todas las mujeres que, a lo largo de este período de más de un año de pandemia, han brindado destacados aportes al combate de este virus, entre los que podemos mencionar la investigación para la producción de la vacuna, la atención médica, psicóloga y social, el apoyo en el proceso educativo y custodia de los niños que han permanecido en sus casas, así como la asistencia en el cuido de las personas con enfermedades crónicas.
La participación, el liderazgo y el compromiso demostrado por las mujeres en esta época de pandemia y, en especial, el papel desempeñado por las adultas mayores ha sido determinante en la lucha frontal contra esta enfermedad, cuyo virus ha infectado a más de 116.5 millones de personas en todo el planeta y ha provocado la muerte de más de 2.5 millones (según datos de la Universidad de Johns Hopkins).
Muchas de estas mujeres han estado en la primera línea de atención como trabajadoras del sector de la salud, como científicas, médicas y cuidadoras familiares; dentro de sus funciones ha estado proporcionar asistencia sanitaria y soporte emocional necesario para enfrentar los estados de ansiedad y depresión que esta enfermedad también provoca en el organismo de quien la padece.
Otras mujeres mayores han sufrido la pérdida de sus cónyuges, hijos o familiares queridos, y han tenido que guardar un duelo en silencio, aisladas de los demás, sin la posibilidad de poder hacer homenajes o ceremonias religiosas para sus seres amados, por los protocolos sanitarios y de distanciamiento social.
Las mujeres de edad avanzada, específicamente las que son abuelas, han estado pendientes de que sus nietos reciban las clases de manera virtual, otras han estado atentas para cuidar a sus familiares enfermos y la mayoría estuvo al frente de las tareas diarias del hogar.
Estas mujeres merecen toda nuestra admiración, respeto y reconocimiento, porque han sido un pilar fundamental en la economía de los hogares, principalmente en esta época en la que muchas empresas cesaron a sus colaboradores o les redujeron sus salarios.
Este grupo de la población, es decir las mujeres mayores, no solo forma parte de la primera línea de la respuesta ante la pandemia de la COVID-19, sino que también acapara uno de los sectores más afectados por las medidas de confinamiento; por lo que con más razón deben identificarse las desigualdades y necesidades que lo afectan y trabajar en acciones que las contrarresten; y es que organismos internacionales como las Naciones Unidas hacen un llamado a los gobiernos del mundo para que trabajen urgentemente en políticas públicas que permitan afrontar estas situaciones.
En El Salvador, las autoridades de Gobierno, por medio del Ministerio de Salud, ya trabajan en un plan de vacunación que llevará la inmunidad a las personas mayores de 60 años. Será esta población, el segundo grupo en recibir la vacuna contra la COVID-19, procurando con ello el fin progresivo del encierro y la incorporación de este grupo etario a sus actividades productivas, recreativas, culturales y sociales.
Sobran las razones y los motivos para dedicar en el Día Internacional de la Mujer unas palabras de gratitud, reconocimiento y cariño a nuestras abuelas, madres, tías, hermanas, hijas, amigas y vecinas, quienes a pesar de la difícil situación por la que hemos atravesado a causa de la pandemia, siempre han estado dispuestas a brindarnos su apoyo, amor y sus cuidados.