Como lo dije en mi columna de opinión anterior a inicios de este año, 2023 sería un año para continuar todo el trabajo realizado en 2022, y hacerlo de la mejor manera para hacer crecer al país que tanto amamos.
En enero seguimos siendo el país más seguro de toda América Latina, y todo gracias a la implementación de estrategias de seguridad como el Plan Control Territorial, liderado por el presidente mejor evaluado del mundo, Nayib Bukele, con el apoyo del régimen de excepción renovado por la Asamblea Legislativa, el cual ha cumplido al 100 % los objetivos planteados en este rubro tan importante que el pueblo demandaba. Los días sin homicidios siguen aumentando y permitiendo que hoy se respire una verdadera paz y tranquilidad.
Los centros urbanos de bienestar y oportunidades se siguen inaugurando y son el apoyo de miles de jóvenes que por fin tienen un espacio digno y adecuado a sus necesidades y que les brinde un desarrollo integral en todas sus etapas; cada uno cuenta con una variada biblioteca, ludoteca, gimnasio, videojuegos, computadoras, talleres, entre otros espacios para nuestra niñez y juventud, que han recibido el apoyo de la Unión Europea y Acnur, señal de la amplia cooperación internacional a nuestro pulgarcito.
Otro importante aspecto por destacar es que desde enero se cuenta con un sistema de pensiones mejorado, atendiendo a la reforma de la ley de pensiones que se aprobó el año anterior, donde todos los pensionados ya reciben el aumento del 30 %, lo que permite un mayor dinamismo y sostenibilidad económica para este sector que fue afectado por gobiernos anteriores.
Desde la Asamblea Legislativa hemos seguido impulsando reformas a leyes y creando otras que beneficien al pueblo salvadoreño, como las reformas de la Ley de Trasporte Terrestre, Transito y Seguridad Vial, que buscan la educación vial y que la población tome conciencia a la hora de conducir. Por ello se aumentan los montos de las multas y se actualiza la normativa con los adelantos tecnológicos que garanticen el respeto de la ley y los conductores, de manera que se puedan salvar vidas y se reduzcan los costos de hospitalización que el Estado paga en concepto de atención de accidentes de tránsito.
Como lo destacó Winston Churchill: «El precio de la grandeza es la responsabilidad», y como funcionarios de Gobierno sabemos cuál es la responsabilidad que el pueblo salvadoreño nos ha conferido, y es legislar para todos cubriendo las necesidades que se presentan.
Sin duda, en el primer mes del año ha sido satisfactorio en los principales rubros de nuestro país, y hoy iniciamos el segundo con una sola visión: seguir transformando El Salvador.