El Salvador se está transformando y este es un poderoso mensaje que atrae a inversionistas extranjeros dispuestos a apostarle al país, gracias al excelente clima de negocios.
De acuerdo con un informe de la firma de análisis financiero Exor Latam, basado en estudios del Banco Central de Reserva (BCR), los flujos de inversión extranjera directa (IED) recibidos hasta el tercer trimestre de 2021 superaron los que se obtuvieron en los cinco años anteriores en un 3 %, siendo el transporte, el almacenamiento y el comercio los sectores que más crecieron en el país. En términos directos hubo $409 millones de inversión extranjera.
En términos globales, El Salvador ha sido un país con muy poca recepción de inversión extranjera directa, producto de años de políticas antiproductivas impulsadas por los gobiernos de ARENA y del FMLN, más enfocados en el desfalco del Estado y en promover negocios para sus financistas y allegados.
Sin embargo, la llegada del Gobierno del presidente Nayib Bukele —que puso fin a la alianza perversa de ARENA y el FMLN— permitió mejorar las condiciones para un despegue económico.
De acuerdo con el BCR, el año pasado las empresas internacionales aportaron $2,400 millones a la economía del país al mover 200 grandes proyectos de inversión privada; entre ellos, Energías del Pacífico que, con sus $1,000 millones, se convirtió en la mayor inversión privada en la historia del país y generó 2,000 empleos, entre directos e indirectos.
Pero no solo extranjeros han invertido en el país. También lo han hecho empresarios locales, tanto así que hubo un crecimiento de 22.5 % con respecto al año anterior, apalancado por una mayor importación de bienes de capital para proyectos de generación de energía y construcción (tanto de obras públicas como privadas) y equipos de transporte.
En general, los inversionistas nacionales o extranjeros deciden trabajar en El Salvador debido a que hay una apuesta gubernamental decidida por la vacunación masiva contra la COVID-19 y los avances en materia de seguridad (primero con el Plan Control Territorial y ahora potenciado gracias a los excelentes resultados del régimen de excepción), además de la desburocratización de los trámites, la seguridad jurídica, la entrada en vigor del bitcóin como moneda de curso legal y el clima favorable de crecimiento, que superó el 10.3 % en 2021.
Este año, las perspectivas también son optimistas, con un crecimiento que de entrada parte del 3.2 %, pero que será catapultado por el inicio de las megaobras del tren y el aeropuerto del Pacífico.