¿Que por qué aceptamos este reto? Porque estábamos convencidos de que nuestro país se lo merecía. Era necesario enfocarnos en que nuestro El Salvador comience a tener una verdadera cultura deportiva.
Hace un par de días, un pequeño de nombre Sebastián dijo en un programa de radio que quería un Volco, una de las mascotas de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023. Sin dudarlo, se lo hicimos llegar. Nos sorprendió que Sebastián conociera el eslogan de los Juegos: «Es momento de trascender».
Para nosotros, primero llegó el momento de pedir los Juegos. Luego, de comenzar a trabajar, de formar equipo. Hubo un momento para correr, para apretar el paso, para acelerar a fondo. Hubo un momento de preocupación. Pero llegó el momento de trascender. Y estoy seguro de que con San Salvador 2023 hemos trascendido.
Dijimos que estos Juegos servirían para marcar un antes y un después para el deporte salvadoreño. Y estamos seguros de que así ha sido y así será. Solo basta con ver la sonrisa y la alegría de nuestros atletas y la respuesta de todo un pueblo que día a día abarrotó cada escenario deportivo. Incluso, en varias ocasiones, no hubo más espacio en los cinco escenarios que tenían eventos a la misma hora.
En el aspecto eminentemente deportivo, vale la pena recordar que desde el inicio dijimos que no ganaríamos estos Juegos. Y no por conformismo, sino porque queríamos medir dónde estamos y hacia dónde iremos. La delegación salvadoreña cerró con ocho medallas de oro, tres de plata y 17 de bronce. Superamos así lo hecho en Barranquilla 2018 y en Veracruz 2014. Esto nos indica que el deporte dejó de seguir cayendo, y que, por el contrario, empieza a recuperarse y a trascender. Gracias a nuestros atletas que lograron subir al podio. Gracias a sus entrenadores y a sus equipos de trabajo. Gracias a sus federaciones. Gracias a sus padres de familia por todo el apoyo brindado.
Pero no solo los medallistas se merecen nuestro reconocimiento. Todos y cada uno de los que formaron parte de la delegación salvadoreña en estos Juegos también se merecen un aplauso. No cualquiera acepta el reto de defender a su país.
Ustedes lo aceptaron y lo hicieron con valor, sin miedo, sin temores, venciéndose a sí mismos. Gracias por eso. Estos Juegos están dejando un valioso legado en infraestructura deportiva para nuestro país: escenarios nuevos y escenarios intervenidos y reconstruidos que servirán para la práctica digna del deporte por parte de nuestra gran familia salvadoreña.
Parte de ese legado también queda en la Universidad de El Salvador, con instalaciones nuevas y otras renovadas, para el uso y bienestar de la comunidad universitaria.
Estos Juegos nos dejan también con una ilusión en donde la empresa privada seguramente despertó y se dio cuenta de que se debe apostar por el deporte y por los deportistas.
¿Que por qué aceptamos este reto? Porque estábamos convencidos de que nuestro país se lo merecía. Era necesario enfocarnos en que nuestro El Salvador comience a tener una verdadera cultura deportiva. Porque Sebastián, por ejemplo, se lo merecía. Todos los aficionados que noche a noche colmaron nuestros escenarios deportivos para apoyar a los atletas salvadoreños o para admirar a los campeones mundiales y olímpicos que nos acompañaron también se merecían disfrutar de un espectáculo de primer nivel como el que estos Juegos Centroamericanos y del Caribe nos han dejado.
Quiero agradecer a Dios por encima de todas las cosas por habernos permitido desarrollar estos Juegos; a mi familia por su apoyo incondicional; al presidente de la república, Nayib Bukele, por hacer del deporte una prioridad en su Gobierno; a Centro Caribe Sports por confiar en este país para salvar los Juegos Centroamericanos y del Caribe; a todo el personal del Indes y del Cossan 2023 por todo el empeño y el trabajo desarrollado para sacar adelante este evento; a todo el gabinete deportivo y a las diferentes carteras de Estado por sumarse a esta titánica labor. Un reconocimiento especial para todos los privados de libertad que nos echaron la mano para sacar cada tarea que les encomendamos. A todas las delegaciones que sin miedo decidieron venir a esta nueva nación, un El Salvador más seguro y más moderno que los acogió con los brazos abiertos. A todos nuestros atletas, entrenadores, jueces, delegados; a todo el pueblo salvadoreño; a mi familia, a mis amigos, gracias por ayudarnos a trascender escribiendo una página gloriosa en la historia del deporte salvadoreño.
¡Qué Dios nos bendiga a todos!
#EsMomentoDeTrascender