En 2015, primera vez que Hugo Pérez vino a El Salvador para trabajar con la Fesfut, como auxiliar técnico de la selección nacional mayor, que estaba a cargo de Jorge Rodríguez, el salvadoreño-estadounidense tenía un plan de trabajo para desarrollar hacia el futuro. Sin embargo, la palabra «proceso» en este país está prohibida si se la relaciona con el fútbol, y ese cuerpo técnico solo dirigió la serie eliminatoria contra Curazao, camino a la Copa del Mundo de Rusia 2018. Nunca es tarde para enmendar una pifia, como decimos en el fútbol, y ahora tienen todo sobre la mesa para hacerlo y dejar la base de una senda que deben continuar los directivos que lleguen a sustituirlos el próximo año.
Señores miembros del comité ejecutivo de la Fesfut, repito, lo digo más claro: el mismo error no se puede cometer dos veces, no nos podemos dar ese lujo en este maltratado fútbol. Tampoco se le pueden generar más decepciones a la afición más noble del mundo. Es una sola petición que tengo: dejen trabajar a Hugo Pérez.
El exvolante de FAS y de la selección estadounidense en el Mundial de 1994 tiene suficientes credenciales para el cargo que le dieron como entrenador de la selección sub-23, combinado que ya tiene 52 años sin asistir a unos Juegos Olímpicos, les recuerdo. En la libreta de Pérez, a pesar de su rebosante optimismo por conseguir uno de los dos boletos disponibles para la Concacaf, hacia la justa asiática, también está en un apartado el fracaso, no asistir a la competencia, por calificarlo de alguna manera. Después de una renuncia y de un despido de entrenador de este equipo, si eso pasa, saben de sobra a quién se criticará.
Pero no es tiempo de señalar. Es un buen momento para tomar más decisiones acertadas como contratar a Hugo para que trabaje con un grupo de jóvenes que en la actualidad están en los 22 o 23 años, y que en 2026, a base de preparación, fogueos de buen nivel, campamentos y roce con el primer mundo futbolístico llegarán con la madurez para encarar una nueva eliminatoria clasificatoria para el Mundial que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá. Las opciones serán mayores. Será la primera vez que participen 48 selecciones en el máximo torneo de fútbol y, además, los anfitriones estarían precalificados.
Otro apunte sobre Hugo Pérez y su designación: ¿les parece poco que haya trabajado con la Federación de Fútbol de Estados Unidos? Cazó talentos y algunos de ellos ahora juegan en Europa, en los mejores clubes del mundo. Ese trabajo le dio la oportunidad para firmar con otro de los «monstruos» de la región: México. La Femexfut lo fichó para que fuera el scout en la ciudad de California. Es decir, algo tiene, no podemos obviar eso. Además, dejó esa oportunidad laboral, que seguramente no tiene mejores réditos económicos, y pondrá a disposición todo su conocimiento para su país.
A eso le podemos sumar, si necesitan más justificaciones para darle el espaldarazo desde ya, que convenció a su sobrino, Joshua Pérez para que represente a El Salvador; también ya tiene seguro a Éric Calvillo, otro jugador con el que trabajó en las selecciones juveniles estadounidenses y ahora milita en la MLS. Y que no nos extrañe otra sorpresa, porque el día de su presentación habló de otros tres o cuatro futbolistas, de raíces cuscatlecas, para que vistan la Azul en Guadalajara.
Último recordatorio de este escrito: Fesfut, no lo echen a perder, es el legado que pueden dejar el próximo año.