Mi incursión en el edificio del Registro Nacional de las Personas Naturales (RNPN) en 2018 quedó marcada por la decadencia que asfixiaba sus estructuras. Ventanas desgastadas, algunas sostenidas con una precaria cinta adhesiva, y una sala de espera caótica y sombría resumían mis primeras impresiones. Sin embargo, más allá de la penumbra física, la auténtica oscuridad residía en la dispersión de la visión de los anteriores encargados, habitando edificios dañados por el terremoto de 2001, poniendo en riesgo tanto a las personas como a la información resguardada.
Mi primera reunión laboral de este año la llevé a cabo en las renovadas instalaciones del RNPN, un testimonio palpable del compromiso de la actual administración con el bienestar de sus empleados. A mi llegada, el edificio, antes conocido, emergía como un recinto de luminosidad y renovación. El ambiente había cambiado; las personas irradiaban amabilidad y alegría, una transformación palpable que compartí con la presidencia de la institución. Este cambio, evidente, no solo representaba una mejora superficial, sino una redefinición integral de la institución.
Al dialogar con el presidente del RNPN comprendí la visión holística detrás de estos cambios. En primer lugar, la transformación histórica que se gestó en el Gobierno Central a partir de 2019, cuyos efectos rebasaban lo estético, sentando las bases de cambios identitarios con visión de futuro. En segundo lugar, la institución, que languidecía en el abandono generalizado, desde la infraestructura hasta las áreas humanas, programáticas y tecnológicas, había sido transformada en dos años. El RNPN había evolucionado de la desidia para convertirse en un emblema del compromiso del Gobierno salvadoreño con la identidad ciudadana. Bajo la administración del nuevo presidente del registro, se erigía como un renacer, con instalaciones cuidadas, áreas de atención al público renovadas, tecnología de vanguardia y condiciones apropiadas para el resguardo de archivos históricos. Incluso está en marcha el área de digitalización de partidas de nacimiento que datan del siglo XVIII, fortaleciendo la base de datos centralizada mediante la exitosa implementación del Sistema de Registro de Eventos Vitales y Familiares (Revfa), en operación desde el año pasado.
Este nuevo RNPN va más allá de ser simplemente una institución; es un recordatorio vivo de que en nuestras diversas identidades individuales convergemos en un nosotros más amplio y cohesivo. Se ha invertido en tecnología de punta para salvaguardar la autenticidad del Documento Único de Identidad (DUI), ahora reconocido internacionalmente como la Mejor Tarjeta de Identificación de Latinoamérica 2023. Este documento, convertido en emblema de una identidad nacional fortalecida, refleja un sentido renovado de profesionalismo y orgullo institucional que impregna al nuevo RNPN.
En este año el registro ofrece una amplia gama de servicios al ciudadano, desde la emisión del documento de identidad hasta la entrega de certificaciones de partidas de nacimiento, entre más de 20 servicios. La institución no solo mejora sus servicios locales, sino que proyecta su alcance internacional, abriendo centros en ciudades estadounidenses y otros países para facilitar el acceso a su documento de identidad a la numerosa comunidad de salvadoreños en el exterior. Este crecimiento refleja una adaptación al contexto globalizado, reconociendo la relevancia de la identidad más allá de las fronteras.
El concepto de identidad es un tema muy complejo, una construcción psicológica dinámica en constante diálogo con la sociedad. Tomar posesión de nuestra identidad implica comprender nuestro lugar en el es- pacio y en la historia. La institución, al hablar de identidad, no se refiere a una estructura monolítica y rígida, más bien es un abanico de identidades subjetivas, activadas y construidas mediante jerarquías flexibles y experiencias que dan o quitan razón de ser.
En este año el RNPN es el custodio de nuestra identidad nacional, ofreciendo una amplia oferta de servicios que facilitan la vida de los ciudadanos. En manos de la institución, nuestra identidad, nosotros, somos parte de un símbolo tangible de nuestra nacionalidad, la cual podemos resumir en la siguiente frase: construyendo tu identidad, tu historia, tu futuro.