El Salvador ha hecho un excelente trabajo para combatir la pandemia de la COVID-19, con un número bajo de decesos y de casos hospitalarios. El país no solo evitó el colapso del sistema de salud con una cantidad desbordada de pacientes —como sí ocurrió en otras latitudes y en naciones del primer mundo—, sino que lo amplió y construyó un hospital especializado para combatir el coronavirus. Además, el Hospital El Salvador es un legado para futuras generaciones y puede convertirse en un centro internacional de enseñanza.
El buen trabajo del gobierno en esta área ha sido reconocido. El Congreso Mundial The City Nation Place, un encuentro virtual de 400 tomadores de decisiones en el área de turismo, destacó a El Salvador como el país latinoamericano que mejor ha manejado la COVID-19. El estudio preguntó a 4,000 viajeros de todo el mundo sus opiniones sobre cómo se enfrentaba la pandemia en los países que habían visitado, y es ahí en donde el país destacó por sus buenas prácticas.
El uso permanente de mascarillas en espacios compartidos, el lavado de manos, la toma de temperatura antes de ingresar a lugares de trabajo, restaurantes o negocios y la disponibilidad de alcohol en gel son algunas de las medidas exitosas para mantener a raya el coronavirus. A eso se suma evitar prestar objetos personales, como teléfonos o lapiceros, y medidas de higiene más estrictas en el transporte público.
La última encuesta de la CID Gallup, por otra parte, recoge la percepción nacional sobre la forma en la que el gobierno enfrentó la pandemia. Un abrumador 96 % aprueba las medidas que tomó la administración del presidente Nayib Bukele en contra de la COVID-19.
Las lluvias causadas por Iota en el territorio nacional crearon una nueva emergencia y obligaron a evacuaciones y a adecuar albergues, en los que también se deben mantener las medidas de higiene y de control del virus, para evitar un segundo brote.
La encuesta de la CID Gallup también muestra un amplio respaldo a las acciones tomadas por el gobierno ante las lluvias provocadas por los huracanes y las tormentas que golpearon a Centroamérica, así como «su preocupación en trabajar para resolver los problemas que actualmente aquejan a los más vulnerables del país».
La emergencia nacional se mantiene, ya que las continuas precipitaciones durante varias semanas han sobresaturado los suelos, y el peligro de deslizamientos no ha cesado, además del desbordamiento de ríos. No podemos bajar la guardia en estos momentos, ni ante las lluvias ni ante las medidas de prevención contra el coronavirus. Todos estamos obligados a participar para conservar los buenos resultados.