La comunidad Tutunichapa, otrora conocida como un centro de narcomenudeo que solían frecuentar personajes de todo el espectro social del país (desde los más sencillos, pasando por los que navegan con la bandera de la corrección hasta empleados de encopetados exfuncionarios), ha sido transformada de manera positiva mediante la intervención del Gobierno del presidente Nayib Bukele.
Primero fue la intervención de policías y militares con un cerco de seguridad para la extracción de pandilleros y delincuentes. Esto permitió la desarticulación de las poderosas redes de venta de droga que se habían asentado en esa comunidad desde hace décadas. Este operativo permitió no solo la captura de criminales, sino también el decomiso de drogas, balanzas utilizadas para pesar la mercancía ilegal, dinero, celulares y una serie de bienes relacionados con actividades ilícitas.
Después de la extracción de los pandilleros, el Gobierno pasó a la etapa de la transformación de la comunidad. En coordinación con la alcaldía de San Salvador, se retiraron las estructuras de lámina que eran utilizadas para la venta de drogas; luego, con la intervención de cuadrillas del Ministerio de Obras Públicas, se procedió a asfaltar las calles de la comunidad y, posteriormente, se instalaron luminarias para mejorar el ambiente y la convivencia social.
Ahora, la comunidad Tutunichapa está resurgiendo y le está dando una oportunidad a los niños y jóvenes para desarrollarse en un ambiente lejos de las drogas y la criminalidad.
No es un hecho aislado, sino que la comunidad Tutunichapa es el ejemplo de lo que está sucediendo en muchas partes de El Salvador. Gracias a la implementación del Plan Control Territorial y del régimen de excepción, más zonas del país están renaciendo y la esperanza de una vida mejor realmente se está haciendo realidad.
El Salvador es ahora no solo el país con la menor tasa de homicidios en Centroamérica, sino que en lo que va de 2023 ya tiene la tasa de homicidios más baja de toda Latinoamérica e incluso tiene mejores índices que países desarrollados en el continente, como Canadá.
Todo esto se ha logrado en poco más de tres años del Gobierno del presidente Bukele. En este pequeño tiempo se han revertido problemas que tenían décadas de estar creciendo, lo cual es muy esperanzador porque los resultados a mediano plazo serán mucho mejores. El pueblo salvadoreño lo sabe y está dispuesto a continuar por este camino.