No existe otro caso en la historia reciente de la humanidad en el que un líder y su equipo hayan hecho tantos cambios positivos en bien de la mayoría de un país dentro de un marco jurídico democrático en un período tan corto.
La tasa de homicidios anualizada en 2018 en El Salvador fue de 52.11 por cada 100,000 habitantes, la tasa anualizada hasta enero de 2023 es de dos homicidios por cada 100,000 habitantes, que es la más baja del continente americano; más de 300 días sin homicidios y un promedio de 0.64 homicidios diarios. Esto es producto del desarrollo de las fases del Plan Control Territorial, el régimen de excepción y la modificación de la legislación penal respectiva, así como del trabajo articulado con la Dirección General de Centros Penales. Más de 64,000 terroristas capturados, disminución casi total de las extorsiones, la construcción en tiempo récord del Cecot, la cárcel de alta seguridad más grande de América, cierran el círculo virtuoso de logros en materia de seguridad.
Este radical cambio llevado a cabo en tres años no tiene comparación si se toma en cuenta que se ha hecho en un Estado de derecho y del marco constitucional de la República de El Salvador. La nueva realidad se ha traducido en un mayor dinamismo de la micro, pequeña y mediana empresa, en una mayor atracción de la inversión de compatriotas radicados en el exterior, en un incremento del comercio en zonas antes catalogadas de alta peligrosidad. Al ser este un plan integral y un proceso gradual nos ha llevado a la transformación de la infraestructura con nuevas vías, puentes, pasos a desnivel, puertos, aeropuertos, lo que permite una mayor productividad, y de forma gradual esto permite un crecimiento en la inversión extranjera y un impulso al turismo y a las exportaciones. La mayor y mejor inversión en salud, educación y obras sociales nos facilita sentar las bases para encaminarnos a un proceso de crecimiento sostenido a través del tiempo. Todo esto es posible por la buena ejecución del plan que permite una mayor recaudación fiscal a través de perseguir la evasión y la elusión fiscal; este plan integral junto con todas las instancias del Gobierno Central y la Asamblea Legislativa, como un mandato de las mayorías, así como con una buena coordinación con el sistema judicial y la Fiscalía, ha permitido todo lo anterior. Los salvadoreños nos estamos acostumbrando a un verdadero Estado de derecho dentro de un sistema democrático, donde las leyes se cumplen sin distinción de ninguna clase.
Todo esto se ha logrado en un período de tiempo relativamente corto, respetando los derechos humanos, la libertad de expresión y de movilidad en una crisis mundial, con pandemia y guerras, que interrumpen la cadena de suministros; pero gracias a las medidas anticrisis implementadas por el Gobierno, se ha podido mantener estable la economía.
Todo esto se ha hecho realidad a pesar del desastre heredado del sistema corrupto de los gobiernos del nefasto bipartidismo ARENA-FMLN, que dio como resultado un drenaje de las finanzas públicas, que incrementó de forma desmedida el déficit fiscal por la incapacidad y por el robo descarado de los recursos públicos. Lo que digan ahora esa pandilla de corruptos no tiene ninguna relevancia.
Todo esto se ha logrado en condiciones adversas, la desinformación de los corruptos y moribundos medios informativos tradicionales, la oposición de la oligarquía con todos sus tentáculos, la mala información de una parte del Gobierno de Estados Unidos en cuanto al mal ejemplo al comenzar un verdadero proceso de independencia socioeconómica y monetaria, la mala intención de algunas instituciones multinacionales al propagar una mala percepción de nuestro país sobre la realidad con claros sesgos en los análisis.
En fin, se tuvo que luchar desde el principio con todo en contra; pero a pesar de todas las acciones negativas, la fórmula: la bendición de Dios Todopoderoso más el liderazgo del presidente Nayib Bukele, apoyado por su familia, más el excelente trabajo articulado entre órganos del Estado, más la mayoría del pueblo. El resultado: un nuevo El Salvador en paz y verdaderamente libre.